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Al borde del colapso sanitario

La Generalitat generó entre 2003 y 2007 el 25% de toda la deuda estatal en sanidad con unos números rojos de 2.764 millones

La deuda sanitaria se ha convertido en una enorme bola de nieve de miles de millones de euros que no para de crecer y que en su caída cuesta abajo amenaza con alcanzar y colapsar la capacidad financiera de las administraciones sanitarias. El mismo círculo vicioso se repite año tras año. Las consejerías fijan unos presupuestos que son insuficientes y que generan un déficit -diferencia entre gastos previstos y reales- que se va acumulando en forma de deuda de las autonomías. Esta situación es especialmente grave en la Comunidad Valenciana.

Entre los años 2003 y 2007, ambos incluidos, el déficit acumulado en España fue de 10.843 millones de euros, lo que supuso un 6,32% de gasto por encima de lo previsto, según un estudio presentado hace dos semanas por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). Este informe refleja que la Comunidad Valenciana generó durante ese mismo periodo una deuda de 2.764 millones, lo que representa un 13% de exceso de gasto: el doble de la tasa estatal. Esta cifra supone el 25% del déficit de toda España y casi equivale a la mitad del presupuesto previsto para sanidad de 2010 (5.720 millones).

El Consell sostiene que el déficit responde al modelo de financiación
Sanidad ha sido condenada por 193.000 facturas impagadas
Recientemente, el Consell ha moderado el gasto en farmacia

El déficit crónico de la financiación sanitaria se agudiza cada vez más por factores difícilmente controlables como el incremento del coste de los medicamentos, el envejecimiento de la población -en 10 años, uno de cada cinco españoles tendrá más de 65 años- y de enfermos crónicos, que consumen el 75% del gasto sanitario. Fedea calcula que en 2020 el déficit alcanzará la estratosférica cifra de 50.000 millones si no se introducen reformas.

La Generalitat sostiene que buena parte de la explicación al déficit valenciano hay que buscarla en el anterior modelo de financiación, que no contemplaba a uno de los cinco millones de habitantes ni el gasto en turistas o españoles desplazados. Y destaca que el futuro modelo de financiación, a punto de aprobarse, seguirá penalizando a los valencianos.

"La sensación en el sector es que el caso de Valencia es especialmente grave y que está generando una pelota [de deuda] que será difícil de disolver", señaló a este diario Pablo Vázquez, presidente de Fedea, "Madrid y Cataluña están mal, pero la Comunidad Valenciana está peor".

Sea por la falta de fondos procedentes del Estado, por la falta de rigor financiero, las estrecheces económicas de una Generalitat hipotecada por los grandes proyectos o por una combinación de todos estos factores, existen distintos aspectos que ilustran la situación financiera de la sanidad valenciana.

- Gasto farmacéutico. En 1996 el gasto en farmacia de la Generalitat fue de casi 600.000 euros. Once ejercicios después, en 2007, la cifra superaba los 1,4 millones, lo que representa un espectacular crecimiento de más del doble (el 133%). La población valenciana ha pasado en este periodo de cuatro a cinco millones de personas (un 25% más) y ha envejecido notablemente, pero estos dos factores no pueden explicar por sí solos este desaforado incremento. Este año, por ejemplo, en agosto ya se había superado en 100 millones los 1.174 presupuestados.

También es cierto que recientemente se ha mejorado la situación comparada con el resto de autonomías. De tener el peor resultado de España (tasa interanual) en control de gasto farmacéutico en septiembre de 2008, la Comunidad Valenciana ha remontado hasta situarse en tercer lugar un año después, gracias a las unidades centralizadas de compras o la extensión de la compra de genéricos.

- Hospitales de gestión privada. Estos centros se financian con el presupuesto de la Consejería de Sanidad. La Generalitat paga unos 570 euros por habitante a las empresas que gestionan los hospitales y centros de salud de La Ribera, Torrevieja, Dénia o Manises. En total son casi 800.000 habitantes cuya atención sanitaria está delegada a estas firmas, lo que supone un gasto de unos 450 millones de euros.

La fuente de donde sale todo este dinero es el capítulo II de los presupuestos de Sanidad, el correspondiente a la compra de bienes corrientes y gastos de funcionamiento. Y esta partida prácticamente no ha aumentado a pesar de la progresiva puesta en marcha de nuevos hospitales de gestión privada. Así, en 2007, cuando sólo funcionaban los centros de Alzira y Torrevieja, el presupuesto del capítulo II era de 1.554 millones. En las cuentas presentadas recientemente por el Consell para el año 2010 se ha previsto un gasto de 1.613 millones de euros, sólo 59 millones más, cuando hay otros dos hospitales en funcionamiento (Dénia y Manises) y el próximo año se espera inaugurar el de Elche. ¿Cuál es la fórmula que permite a la Generalitat tener cada vez más hospitales sin incrementar el presupuesto para pagarlos? Para los especialistas consultados no existe ningún misterio. Lo que hace Sanidad es dejar de pagar facturas para poder hacer frente al coste de estos nuevos centros o al creciente gasto en farmacia. Y despejar hacia el futuro los pagos. El cierre de cuentas de la Generalitat de 2008 reflejaba unos compromisos de gasto con cargo a presupuestos de los años posteriores correspondientes al capítulo II de 3.866 millones. De esta forma, al comenzar 2009, de los 1.640 millones presupuestados en este apartado ya había 715 hipotecados por impagos anteriores.

- Deuda con proveedores. Los distintos proveedores de la Consejería de Sanidad son algunas de las principales víctimas de esta situación. En esta lista se incluyen grandes y pequeñas empresas y clínicas privadas con los que la Administración tiene concertados servicios. Los que más ruido hacen son asociaciones de empresas como la Federación Española de Proveedores de Tecnología Sanitaria (Fenin) que sitúan la demora media de la Generalitat en saldar sus cuentas, a fecha del 30 de septiembre de este año, en 342 días, frente al retraso medio en España de 236 días: "La factura de un producto suministrado hoy probablemente será pagada en septiembre u octubre de 2010", apuntan. También Farmaindustria, que agrupa a las grandes empresas de medicamentos, apunta que la Generalitat supera la demora media estatal en el pago (243 días), pero por poco (271 días en la Comunidad Valenciana). Estas demoras son inferiores a las de hace un año, después de que Sanidad saldara buena parte de la deuda que arrastraba con acuerdos con distintos proveedores. En mayo de 2008 pagó la comprendida entre 2001 y 2004, que ascendía a 225 millones, y recientemente ha limpiado buena parte de la suma acumulada entre 2006 y 2008, a cambio de renuncias de pago de intereses de demora por parte de los acreedores. La normalización de las relaciones con proveedores es una de las prioridades de Sanidad.

- Sentencias por impago. La acumulación de impagos se ha traducido en casi cuatro años y medio, desde 2006 a 2009, en, al menos, 565 sentencias condenatorias para la Generalitat valenciana por 193.000 facturas impagadas. La suma total de todas ellas asciende a 413,9 millones de euros y los intereses de demora, a 51,1 millones. Parte de estas resoluciones judiciales corresponden a reclamaciones comprendidas entre 1994 y 1999.

- Facturas en los cajones. Es otra de las prácticas generalizadas que se da en todas las administraciones, según reconoce Pablo Vázquez, director de Fedea. Los repetidos déficits se traducen en unas deudas que alcanzan volúmenes de tal magnitud que, hasta que no se van saldando, los propios interventores de las administraciones impiden asumir nuevas obligaciones (incrementar el gasto) al carecer de respaldo presupuestario. Para esconder la deuda y poder seguir gastando es habitual generar obligaciones no reconocidas, las llamadas facturas en los cajones. Lo habitual es que cuando esta cifra es muy elevada, se aflore y se pague o, más bien, se refinancie con deuda. El acuerdo del Consell del 13 de junio de 2008 reconoció 992,8 millones de euros de obligaciones desde 2002 y que se imputaron a futuros presupuestos hasta 2015.

- A la cola en gasto per cápita. El presupuesto por valenciano para 2010 es de 1.137 euros. Sólo es inferior el de Baleares (1.088) y Madrid (1.128 euros) y está muy lejos de los 1.634 euros de cada ciudadano del país vasco o los 1.516 de Extremadura. El gasto medio de todas las autonomías es de 1.384 euros por habitante, unos 250 euros por encima de la cifra de la Comunidad Valenciana. Si la Generalitat elevara su gasto a la altura del resto de España, el presupuesto sanitario se incrementaría en 1.250 millones de euros, lo que representaría una importante inyección de fondos.

El Consell defiende que la Generalitat es quien más destina a sanidad del presupuesto general (el 39,7%) de toda España y que frente a autonomías como Madrid o Baleares, han aumentado el presupuesto de sanidad para el año 2010, además de evitar congelar salarios, como han hecho otras autonomías.

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