_
_
_
_
Reportaje:

Con el corazón no basta

Nadal pierde con Davydenko y cae eliminado de la Copa de Maestros

Cuando el partido se muere en un paseo imperial de Nicolay Davydenko (1-6, 3-4 y saque), Rafael Nadal resucita frases de resonancia bélica: la táctica Berlín y el corazón de hierro. Esto es lo que ha pasado hasta entonces. El ruso es un capitán instalado en su puente de mando, los pies sobre la línea, chispas saliendo de la raqueta. Palo a palo y golpe a golpe, le come terreno al español, aculado contra la valla por sus tiros. La primera manga se escapa en un suspiro, apenas 27 minutos y un juego vencido. Es entonces cuando Nadal se reencuentra con el partido: echa chispas su derecha; se marea Navydenko con sus cambios de ritmo; y hay alguna, pocas, bolas levantadas con su revés, la táctica Berlín de Conchita Martínez, parábola infinita para romper la cadencia del contrario y recuperar sitio en la pista. Hay también una quinta marcha, Nadal y todo su corazón puestos en liza. La suma de esos argumentos, pasión, convencimiento y un racimo de derechas como garras, no alcanza por poco. Tras recuperar dos veces un break de desventaja, el español se despidió de la Copa de Maestros en la muerte súbita: 1-6 y 6-7 (4).

Más información
El año "monstruoso" de Federer
Soderling da la sorpresa al vencer a Djokovic

"He luchado mucho, pero no ha sido suficiente", resumió tras el partido. "Me siento un poco más cansado en la pista que antes, quizás porque no he tenido continuidad en la segunda parte del año. Me falta un pelín más de físico, aunque he perdido por el tenis. La meta es tener de nuevo la intensidad con la derecha y el revés como para que no me ataquen. Sin jugar muy bien, en todos los partidos he tenido oportunidades contra los mejores".

Al número dos le faltó el metro que antes le permitió dominar sobre cemento a los mejores. Esos 100 centímetros son decisivos en pista rápida: separan al tenista que dicta el juego del que está a la defensiva. Nadal, según las estadísticas, ha perdido esa referencia. En su partido contra Robin Soderling, por ejemplo, jugó el 25% de los puntos dentro de la pista y el 75% fuera de ella, según los datos del Ojo de Halcón. "Las pistas rápidas son, a veces, muy rápidas para él", analiza Davydenko. "Por eso pierde el control de los golpes", cierra. Ayer, con el ruso disparando línea a línea, Nadal cometió 20 errores no forzados.

"Sus tiros curvados, su top spin, aquí, si no son perfectos, se quedan cortos", resume Pat Cash, campeón de Wimbledon. "Eso permite que le ataquen los grandes pegadores. Está intentando cambiar cosas, como la posición de salida en el saque y su postura. Necesita un 10% más de fuerza y un 10% más de consistencia. Así, dominaría".

Es muy probable que Nadal recupere con 2010 la distancia en la pista, la confianza y su juego de rompe y rasga. Mientras, cuando se siente en peligro, decía Lleyton Hewitt, "vuelve a las viejas fórmulas, las viejas armas": en arcilla sí puede jugar tan detrás de la línea. "Para ganar hay dos caminos: hacer un calendario para ganar torneos o para estar arriba", explica Nadal. "Yo sacrifico ganar torneos (en la tierra batida suramericana, por ejemplo) por ser competitivo en los importantes. Es una inversión. Nunca me he querido encerrar en tierra y no lo voy a hacer ahora. Si sigo así, tarde o temprano voy a ganar".

Grupo B: R. Soderling a N. Djokovic por 7-6 (5) y 6-1. 1. R. Soderling (2 victorias). 2. N. Djokovic (1). 3. N. Davydenko (1). 4. R. Nadal (0). Grupo A: 1. R. Federer (2 victorias). 2. Andy Murray (1). 3. J. M. del Potro (1). 4. F. Verdasco (0).

Nadal se lamenta tras perder un punto con Davydenko.
Nadal se lamenta tras perder un punto con Davydenko.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_