Financiar el desarrollo

El libro que se comenta en este artículo tiene por objeto explorar de una manera amplia las diversas fuentes de recursos para financiar el desarrollo. Su origen está en un encargo realizado por la Fundación Carolina al Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI) para sentar las bases de la posición española en la Conferencia Internacional de Seguimiento sobre Financiación para el Desarrollo, celebrada en Doha (Qatar) en el año 2008.

El texto que se presenta es, evidentemente, responsabilidad de los autores que lo firman, pero se ha enriquecido con las aportaciones de las reuniones preparatorias del citado encuentro y las de la propia Conferencia.

Financiación del desarrollo. Viejos recursos, nuevas propuestas se organiza en 10 capítulos y unas conclusiones. En estas últimas se insiste en tres ideas básicas:

1. El papel central que los recursos domésticos tienen en la promoción del desarrollo (movilizando el ahorro y combatiendo el fraude fiscal y la evasión de capitales).

2. La necesidad de que los donantes hagan previsible su ayuda en el medio plazo. Y

3. La conveniencia de encontrar fuentes adicionales de financiación internacional que tengan un doble dividendo, generando no sólo recursos para potenciar el progreso, sino también penalizando actividades dañinas (como las actividades generadoras de deterioro ambiental).

Para llegar a estas conclusiones, varios capítulos del libro, elaborados por José Antonio Alonso, se dedican a analizar de forma detenida las potencialidades de las fuentes más tradicionales de financiación del desarrollo (el ahorro doméstico, el comercio internacional y los flujos financieros privados o públicos en forma de ayuda oficial, además de las remesas de emigrantes).

Otros capítulos de Financiación del desarrollo. Viejos recursos, nuevas propuestas se orientan a estudiar las posibilidades que brindan fuentes más novedosas de financiación, como son: la tasa Tobin (Carlos Garcimartín), el impuesto sobre billetes aéreos y la facilidad financiera internacional (Federico Steinberg), el impuesto global sobre el carbono (Gemma Durán e Isabel Álvarez) y las alianzas público-privadas (Carlos Mataix, Eduardo Sánchez y María Ángeles Huerta). Como se ve, un elenco amplio y actual de asuntos.

Hay que resaltar, entre los numerosos incentivos que impulsan a la lectura de esta obra, que el texto ofrece una infrecuente simbiosis entre fundamentación teórica (muy actual, pero intencionadamente asequible para los lectores no especialistas), informaciones más que suficientes de carácter institucional, legal y numérico, y propuestas y orientaciones de política económica, dada la finalidad pragmática del estudio.

La numerosa bibliografía que se incluye al cierre del volumen es, además, un acicate para el lector particularmente motivado.

Si quien lea esta nota se asoma a este libro, comprobará que no hay en ella exageración: el enfoque adoptado es capaz de dejar satisfecho a un amplio espectro de lectores, siempre que coincidan en su interés por los problemas del desarrollo. Ello deriva en buena medida de la selección de los autores, quienes, empezando por el director del estudio, reúnen solidez académica y experiencia en proyectos de la naturaleza del que aquí se reseña.

Vicente Donoso es catedrático de la Universidad Complutense de Madrid.