Los secretarios del PSOE dejan en manos de Chaves y Griñán el congreso
"Si la situación deriva en insoportable, lo mejor es el adelanto", aseguran
El rimbombante comunicado de los ochos secretarios generales provinciales del PSOE de Andalucía reconociendo al presidente de la Junta, José Antonio Griñán, "su indiscutible liderazgo social y su condición de máxima autoridad política del proyecto socialista andaluz, hoy y para el futuro" ha sido como un calmante en la compleja federación socialista andaluza. Pero como cualquier otro medicamento, su efecto puede no ser permanente.
Los líderes provinciales han dejado en manos del secretario general, Manuel Chaves, y de Griñán la decisión de adelantar o no el congreso del PSOE en el que el presidente andaluz asumirá la secretaría general. ¿Cuándo? Cuando lo consideren oportuno y siempre que sirva de reforzamiento interno del partido y externo de Griñán y para eso antes Chaves debe dar el paso de renunciar. Ahora bien, todos ellos están de acuerdo en que "si la situación deriva en insoportable" y Griñán quiere ya el bastón de mando lo mejor es celebrar cuanto antes un congreso extraordinario y acabar con una bicefalia que ha derivado en un problema entre dos personas con lazos de amistad de hace más de 30 años. Lo que parece difícil es que la situación aguante hasta 2012.
Empiezan a usarse las etiquetas de quién es de uno y de quién de otro
Ésa fue la decisión que se acordó el martes pasado entre Griñán y los secretarios generales provinciales en una reunión en la que no se habló de fechas, según varias fuentes. Una de las especulaciones más extendidas es que el congreso se adelante un año antes, después de las elecciones municipales de mayo de 2011, como lanzamiento de Griñán como candidato a la presidencia de la Junta en las elecciones previstas para 2012.
Aunque con matices e intensidades distintas, una mayoría de secretarios generales vieron más inconvenientes que ventajas en la celebración de un congreso extraordinario dada la actual situación de crisis económica, pero el debate no se planteó en términos de si hay que celebrar congreso sí o no. Según varias fuentes, el líder del PSOE de Jaén, Gaspar Zarrías, habló abiertamente de que si había un problema había que analizarlo y no sólo con buenas palabras. Según estas fuentes, Griñán no aludió al congreso extraordinario, una posibilidad que no descartó el pasado domingo en los periódicos. A la reunión, convocada por Griñán, no asistieron ni el vicesecretario, Luis Pizarro, ni el secretario de Organización, Rafael Velasco, lo que se consideró "una anormalidad".
Los secretarios generales insistieron en la reunión en que "nunca como ahora" el PSOE andaluz ha estado tan unido lo que se desmuestra en que todos ellos han sido elegidos por más del 80% de los votos. "La situación no se parece en nada a la 1994 [fecha en la que estalló la crisis entre guerristas y renovadores], aunque otra cosa es que podamos ir a eso", afirmó un dirigente con cierta amargura. "La pelota la tienen Griñán y Chaves, lo que ellos decidan vamos a hacer: si dicen A es A y si dicen B es B".
Aunque desde todos los ámbitos oficiales del PSOE se remitió al comunicado de los secretarios generales de apoyo a Griñán y el cierre de filas surtió efecto, también es verdad que por primera vez en muchos años en este partido empieza hablarse de la existencia de "una crisis anárquica" y "a lo bestia", un lenguaje completamente en desuso desde que Chaves asumió la secretaría general en 1994. También empezaron a utilizar las etiquetas, de quién es de uno de y otro. Y esa deriva no la frena ningún calmante y sólo se resuelve en un congreso.
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