Cristiano ya piensa en el Barça
El luso supera las pruebas de tobillo y el Madrid volverá a contar con él 51 días después de lesionarse ante el Marsella
De Valdebebas a la clínica La Moraleja. De la clínica, de nuevo a Valdebebas. En la ciudad deportiva del Madrid es donde, después de un día ajetreado de pruebas y más pruebas, Cristiano Ronaldo recibió la buena noticia. El tobillo derecho superó el examen al que le sometió el doctor Van Dijk, holandés. Mañana recibirá el alta médica y el viernes, víspera del duelo en casa contra el Racing, empezará a trabajar con el grupo. Esto es, 51 días después de que Diawara le lesionara con una dura entrada en el partido de la Champions contra el Marsella. Y bastante antes de lo previsto. O, al menos, de lo que presagiaba el diagnóstico del pasado día 5.
Cristiano viajó esa mañana a Ámsterdam para que Van Dijk, que ya le operó del tobillo en el verano de 2008 le visitara. Llevaba más de un mes de baja y, después de la recaída con su selección y de guardar reposo, no había notado mejora. Seguía sintiendo dolor y, además, el edema óseo que sufría no se había absorbido. El doctor detectó un pequeño desprendimiento óseo congénito y le recomendó dos semanas de reposo absoluto. Esos 15 días acaban precisamente el viernes, cuando Cristiano regresará al grupo. Hasta la fecha se ha perdido nueve encuentros.
El delantero acortó la recuperación para jugar con su selección contra Hungría y recayó
"Aún tiene que coger el fondo necesario para competir", avisa Butragueño
Los tiempos, en el sentido más estricto de la palabra, se han respetado. Pero, en realidad, las dos semanas de reposo se han acortado. El jugador ha estado trabajando en el gimnasio con sesiones de recuperación, el lunes empezó a tocar el balón y ayer hasta se calzó las botas. Lo hizo, eso sí, para realizar dos entrenamientos específicos y probar así el tobillo. Por la mañana golpeó la pelota y realizó ejercicios en los que tenía que conducirla sorteando conos. Mientras tanto, Carlos Lalín, el recuperador físico, le grababa con una minicámara. Los médicos del Madrid lo hacen habitualmente para seguir a los futbolistas que están en fase de recuperación, pero ayer, además, esas imágenes fueron entregadas a Van Dijk.
El médico holandés se desplazó a la capital española escondido detrás de un gorro de pescador. Esperó a Cristiano en la clínica y, tras visionar las imágenes del entrenamiento junto al doctor Hernández, le sometió a una resonancia magnética. Luego, se marchó a Valdebebas para seguir desde cerca la última prueba: otros ejercicios específicos, pero esta vez, además del golpeo, también le hicieron saltar y pisar con fuerza y ambas piernas. Prueba superada y fin del culebrón.
El tobillo de Cristiano, jugador por el que el Madrid ha desembolsado 96 millones, llegó a enfrentar al club y a la selección portuguesa dos veces en el último mes. El delantero acortó los plazos de recuperación para poder disputar el último partido (10 de octubre) de la fase de clasificación para el Mundial. Llevaba una semana de baja y forzó contra Hungría. Su tobillo aguantó 15 minutos y tiró al traste todo el trabajo hecho hasta ese momento. En Madrid intentaron justificarle diciendo que era una responsabilidad demasiado grande quedarse en el banquillo cuando su selección se estaba jugando ir a la repesca. Tres semanas más tarde, Carlos Queiroz, seleccionador y ex técnico del Madrid, desafió a Jorge Valdano durante varios días. Hizo caso omiso a la baja médica del delantero y dijo que le convocaría para la eliminatoria contra Bosnia. Le convocó. Y el Madrid cedió para que fuera a Lisboa a pasar el reconocimiento médico. Los galenos lusos le devolvieron a España enseguida. "No apto para incorporarse a la concentración", decía el parte.
A lo que quizás no se haya puesto fin es a la ansiedad de Cristiano por jugar. Cuando la semana pasada le preguntaron si estaría listo para el clásico contra el Barça del 29 contestó: "Hay dos partidos más antes [Racing y Zúrich] y yo quiero jugar". Visto los antecedentes, es muy difícil que Pellegrini decida contar con él de inicio ante el Racing. Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del club, lo dejó claro ayer: "Tengo la sensación de que Cristiano quiere jugar ya y ese entusiasmo puede ser perjudicial porque una recaída sería terrorífica. Hay que ser prudentes porque, además, no se trata sólo de que el tobillo esté bien, sino que tiene que ir cogiendo el fondo necesario para competir".
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