'Sin identificar' es como 'CSI' pero con investigadores no profesionales
Tras un primer intento fallido, Christian Slater, actor precoz y enfant terrible del cine de los noventa, vuelve a sumergirse en una serie de televisión. Ya lo hizo con My own worst enemy, en la que interpretaba a un agente secreto con desdoblamiento de personalidad, pero la serie no cuajó y se retiró a medio camino de la primera temporada. El nuevo intento de Slater se llama Sin identificar, que esta noche estrena Fox (dial 21 de Digital +), y lleva la firma del Spielberg de la televisión: el productor Jerry Bruckheimer (CSI, Sin rastro). El actor, de 40 años, interpreta al ex policía Alex Donovan, cabecilla de una organización de investigadores aficionados que se dedica a resolver casos de asesinatos o desaparecidos dados ya por perdidos por la policía. Slater, con fama de rebelde sin causa, no decepciona. Responde al teléfono con desparpajo y mascando chicle con descaro.
En la serie, un grupo de voluntarios sigue casos que la policía da por perdidos
Pregunta. ¿Qué hace un rebelde como usted en una serie como ésta?
Respuesta. Soy fan de todo lo que hace Jerry. Me leí el guión, que está basado en gente real, y aluciné: no tenía ni idea de que hay 40.000 desaparecidos sin identificar en EE UU. Es una crisis nacional. Y me pareció increíble que haya voluntarios que se dediquen a buscarlos. La policía no tiene capacidad para investigar a fondo cada caso y estos voluntarios hacen un trabajo increíble.
P. Desde luego, lleva el sello Bruckheimer. Sigue el ritmo y esquema de los capítulos de CSI.
R. Sí, está rodado de manera brillante y es adictivo: una vez que empiezas no puedes parar, necesitas saber quién era el asesino. Sin identificar tiene su estilo, con esos giros en la trama. La diferencia es que los investigadores son gente normal y corriente con la que el espectador se puede identificar.
P. Lleváis ocho episodios grabados y acabáis de firmar con la cadena ABC por cinco más. ¿Cree que habrá una segunda temporada?
R. No lo sé. Sí veo que el público se está involucrando. Desde que se emite la serie las webs de estas organizaciones de voluntarios, como Everybody Deserves A Name, han triplicado su tráfico. Me encantaría que la serie ayudara a resolver un caso real.
P. My own worst enemy se cayó de la parrilla con la trama a medias. ¿Teme que pase de nuevo?
R. No tengo una bola de cristal. Depende de que los creativos aprovechen al máximo los próximos cinco episodios para que sean sexy a la vez que dramáticos y trepidantes.
P. ¿Y como actor?
R. Hay que arriesgarse. La vida es así, no estamos en control de todo. Y no quiero ser el tipo de persona que se rinde tras el primer fracaso.
P. ¿Cree que podría llegar a ser una saga, como CSI?
R. Con Bruckheimer siempre existe esa posibilidad, es un maestro en sagas. Sería un sueño, pero requiere que pase un tiempo para que la serie cuaje.
P. Las críticas no han sido muy entusiastas.
R. Eso lo dejo para los periodistas. Yo ni leo nada, ni sé nada. Ni surfeo por la Red, ni twiteo, ni uso Facebook... Cuando me piden que haga entrevistas, las hago. Eso es todo.
P. ¿Qué series ve?
R. Soy un freak de la ciencia-ficción. Acabo de ver las cuatro temporadas de Battlestar Galactica. Me la recomendó un tipo del equipo de rodaje y me encantó.
P. Usted ha sido guapo oficial, rebelde sin causa, ídolo de adolescentes, actor proscrito... A estas alturas, ¿qué puede ofrecerle este negocio que le interese?
R. Me encantaría dirigir un episodio de Sin identificar. Pero estoy abierto a cualquier camino al que me conduzca el maravilloso mundo del espectáculo.
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