Nadal sólo sufre
Robredo cae contra el mallorquín tras sacar para vencerle en París, donde Verdasco pierde y se complica jugar el torneo de maestros
Albert Costa, el seleccionador, se mueve por las gradas del Palacio de deportes de París con el sigilo de quien toma apuntes de la máxima importancia. Protegido por una chupa con reflejos de cuero, el técnico ha visto esta semana cosas sorprendentes, quizás determinantes, para la final de la Copa Davis que enfrentará a España contra la República Checa entre el 4 y el 6 de diciembre. Esto apuntó ayer Costa. Primero, que Rafael Nadal es hoy un tenista que sólo sufre, inconformista cuando el resultado se empina, pero corto de juego y asequible para jugadores que antes le quedaban a un siglo de distancia: ganó 6-3, 3-6 y 7-5 contra Tommy Robredo, que sacó por el partido (5-4) en la tercera manga. Segundo, que Fernando Verdasco, agotada la mente y las piernas, perdió contra el croata Marin Cilic (3-6, 6-3 y 6-4) y se complicó jugar el Torneo de Maestros de Londres. Tercero, que Robredo, un tenista tembloroso con la selección, ganó fácilmente la víspera a Tomas Berdych, el segundo mejor tenista checo. Y cuarto, que Radek Stepanek, un profesional con pocos amigos, incómodo en la pista y el vestuario, mujeriego de papel couché y tenista tremendo, está jugando como un maestro. Ayer, con sus reflejos de gato y su portentosa muñeca, que dirige pero no pega, venció a Andy Murray: 1-6, 6-3 y 6-4.
El balear puede recuperar el 'número uno', pero juega con dudas
Si algo debe preocupar al seleccionador es cómo está Nadal, inquebrantable su espíritu de remontada, discutible su puesta en escena. En sus dos primeros partidos en París, el español sufrió a Almagro, que tuvo cinco puntos de partido, y a Robredo, dos tenistas dirigidos por dos viejos lobos: José Perlas y Javier Duarte, que le conocen al detalle, diseñaron un plan de ataque que no dio fruto por poco. Que los dos se apuntaran el primer set de su vida contra el número dos y que rozaran la victoria habla de que en el juego de Nadal falta riesgo, hay menos agresividad de la aconsejable y un viejo defecto que se acrecenta según acaba el año: con ese saque, muy moderado de velocidad, inseguro -doble falta en punto de break- y al alza en porcentaje de acierto, le será difícil contener a los mejores. Hoy le espera Jo Wilfried Tsonga. Un huracán contra el tenista que quiere ser el patrón de todos: Roger Federer, derrotado a la primera, ha abierto la puerta para que recupere el número uno este año.
Son días de dudas para Costa, que busca y rebusca: David Ferrer anda lesionado, Feliciano López desaparecido y Verdasco no se encuentra. "Cuando las piernas no te funcionan...", dijo ayer. "Me he ido desinflando, agotando físicamente", continuó. "Jugar la Copa de Maestros y la Davis me obligará a estar un mes más al máximo nivel y es difícil tras un año tan largo. Si estás en las rondas finales en el torneo de Maestros llegas muerto a la Davis". Sólo queda una plaza para estar entre los ocho mejores, que disputan el torneo final: Verdasco depende ahora de los resultados de Soderling, Tsonga o González, aunque le queda la esperanza de que Andy Roddick, baja en París, lo sea también en Londres.
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