El fuerte viento suspende algunas clases, amarra la flota y causa destrozos

Ayer no se hablaba de otra cosa, más que del fuerte viento, con rachas que superaron los 100 kilómetros por hora y causaron un rosario de desperfectos: arboles y vallas caídos, toldos arrancados, la flota pesquera amarrada y varios colegios cerrados por precaución.

En Elche unos 2.500 niños no acudieron a clase. En los colegios El Palmeral y Reyes Católicos y el IES La Torreta la decisión de recomendar la suspensión de la actividad lectiva se adoptó porque los centros están ubicados en huertos de palmeras. En el colegio Mariano Benlliure cayó parte de un muro y en el IES La Asunción voló parte del techado del aparcamiento. Los 800 alumnos del conservatorio de Elche tampoco acudieron ayer por la tarde a clase. La concejal Blanca González anunció ayer por la tarde que la "normalidad" volverá hoy a las aulas gracias a la labor de las brigadas municipales, que repararon los desperfectos. Según informó el Ayuntamiento de Elche, el viento arrancó de cuajo 12 palmeras en el casco urbano y otros tres árboles en el centro. La Consejería de Educación informó de que, además de en Elche, las clases se suspendieron en los centros educativos de Orihuela, Bigastro y las pedanías de La Matanza y Los Dolores, de Alicante, y en el colegio Ángel Esteban de Benicarló (Castellón).

Por otro lado, el Ayuntamiento de Sant Joan clausuró el polideportivo municipal por los desperfectos que el viento causó en el tejado. Y los bomberos del consorcio provincial de Alicante realizaron entre las cuatro de la madrugada y las siete de la mañana de ayer un total de 31 servicios por caída de ramas de árboles, daños en la red eléctrica y desprendimiento de vallas publicitarias en diferentes poblaciones de la provincia de Alicante.El fuerte viento también afectó al sector pesquero de Alicante. La mayoría de los barcos permanecieron amarrados en los puertos como consecuencia del temporal, que en el mar ha alcanzado fuerza seis. El tráfico marítimo de pasajeros entre Dénia y las Islas Baleares, sin embargo, se mantuvo abierto.

Las cofradías de Calp, Dénia, Xàbia, Altea, La Vila, Guardamar y Benidorm no salieron a faenar; la excepción fueron unas 40 embarcaciones de Santa Pola y una decena de barcos de arrastre de Torrevieja, que zarparon a pesar del viento.

Las rachas de viento en la provincia de Castellón alcanzaron los 121 kilómetros por hora en localidades como Cabanes. Árboles, vallas y alumbrado público fueron los elementos más dañados durante un temporal en el que los bomberos realizaron más de un centenar de servicios. La caída de una placa solar sobre un vehículo, en Cabanes, fue el hecho más destacado. En cualquier caso, no hubo que lamentar daños personales. En el caso de la capital de La Plana, entre el cuerpo municipal de Bomberos y la Policía Local se realizaron más de medio centenar de servicios destinados a paliar los efectos del viento en árboles, contenedores públicos caídos, así como en la recogida de cascotes, alguna cornisa, letreros y toldos. También tuvieron que actuar en semáforos y señales de tráfico, y en recogida de uralitas y antenas.

En el campo, los efectos del temporal afectaron, sobre todo, a los cultivos de La Plana Alta, El Maestrat y el Alto Palancia. Según la Unió, los daños se han dejado ver en la producción de cítricos, en la Plana Alta, donde ha llegado a perderse el 20% de partidas de clemenules. Según las mismas fuentes, el viento provocó daños en cantidad, por la caída de fruta al suelo, y daños en calidad, por el rameado de la fruta en los árboles de las variedades citrícolas de mandarinas y naranjas. Otros cultivos afectados son los del caqui y las hortalizas al aire libre, que se preparaban para la campaña de invierno. Además, los campos de olivos pendientes de recolectar también han sufrido los efectos del viento. La Unió vaticina que la caída de las aceitunas acelerará en muchos casos su recogida y transporte a las almazaras.

El único producto que parece haberse beneficiado del viento es la uva de mesa embolsada, en plena campaña de recolección, ya que ha secado la fruta que había acumulado excesiva humedad de las pasadas lluvias.