"Valentino tiene algo más"

En el interior de Jorge Lorenzo (Palma de Mallorca, 22 años) coexisten los rasgos de alguien que tiene a todo un equipo de gente trabajando para él, que está sometido a mucha presión al ser la imagen de multitud de marcas y patrocinadores y que lleva a dieta toda su vida; con los de un chavalín que aún alucina cuando se pone delante de un videojuego de motos y se puede elegir a él mismo para jugar. A sus 22 años y cuando acaba de completar su segunda temporada en MotoGP, Lorenzo ha sido capaz de apretarle las clavijas a Valentino Rossi como nadie antes lo había hecho. Luchó por el título hasta hace dos carreras, cuando cometió "un error de júnior", según describió él mismo, nada más comenzar el Gran Premio de Australia. El sábado por la tarde, tras reunirse con sus mecánicos para acabar de calibrar la moto ante la carrera que cerró el Mundial, ayer, en Cheste, EL PAÍS compartió media hora con él en la carpa del equipo Yamaha.

"Me sorprende su capacidad de improvisación y la frialdad"

"Pero ya freno más tarde que él. En estos dos años aún no lo había conseguido"

"Vale no es el dueño de Yamaha. Si yo pudiera desarrollar mi moto iría más rápido"

"Estuve muy cerca de Ducati. Faltó que mi representante dijera: 'Lo mejor es irte"

Pregunta. ¿Cuántas veces ha pensado en aquella primera curva de Phillip Island?

Respuesta. No he vuelto a pensar en ello. Me lamenté después de la carrera durante unas cuantas horas, pero una vez cometido el error, hay que saber pasar página. Antes no lo conseguía, cuando era más joven le daba muchas vueltas a las cosas, pero luego, con el tiempo, te das cuenta de que no sirve de nada.

P. ¿Ya sabe qué le pasó?

R. Fue un error de concentración. En la parrilla de salida estaba contento pero quizás tenía demasiadas ganas de hacerlo bien. Me había encontrado mal durante todo el fin de semana y en el warm up (calentamiento previo) conseguí rodar bastante rápido. Y eso hizo que no viera el peligro, que no pensara que podía llegar a caerme. Estaba demasiado seguro de mí mismo, tenía que haber sido más precavido.

P. Usted es de los que mantiene que nada ocurre porque sí. ¿Qué conclusión ha sacado de aquello?

R. He ido rápido cada vez que he salido a la pista. En toda la temporada sólo me he quedado fuera de la primera línea de parrilla una vez, precisamente en Australia, y fue por una milésima. Eso quiere decir que he rodado rápido en todas partes. Pero Valentino también lo ha hecho porque ha conseguido el BMW -el coche que ofrece la marca alemana al piloto que logre más pole position-. La conclusión es que si no me hubiera caído tantas veces, tal vez habría llegado aquí con opciones de ganar.

P. ¿Cree que esos errores dan la razón a los que aseguran que aún no está al nivel de Rossi?

R. Está claro que Valentino tiene algo más. Lleva desde el año 2000 subido a una MotoGP y siempre ha peleado por llevarse el título. Eso quiere decir que ha pasado por esto nueve veces. Mi intención es llegar a mejorar mi forma de pilotar hasta que pueda demostrar que soy superior. Lo que me sorprende de Valentino es su capacidad de improvisación y la frialdad que demuestra tener en los momentos tensos. Eso no lo tienen ni Stoner ni Pedrosa.

P. ¿Lo dice por el adelantamiento que le hizo en Montmeló?

R. Es que nadie lo esperaba. Fue al límite y Valentino pensó: 'o gano yo o nos caemos los dos'. Pero, ahora, por ejemplo, si comparo mis datos telemétricos con los suyos, ya freno más tarde que él. En estos dos años aún no lo había conseguido.

P. Después de irrumpir en MotoGP cómo lo hizo el año pasado, ¿pensaba que iba a ser un poco más fácil ganarle?

R. No, al contrario. Creía que sería más difícil y que no iba a ser capaz de pelear por el campeonato. Pensaba que daría un pasito adelante, pero no que fuera tan grande y que pudiera conseguir cuatro victorias.

P. En estos momentos, usted desempeña un papel similar al que en su día desarrollaron Max Biaggi o Sete Gibernau. ¿Le ocurrirá lo mismo que a ellos?

R. Mi objetivo sólo pasa por ser cada día más rápido. Si trabajo bien, creo que algún día seré campeón, pero no puedo darlo por seguro. Igual este es el mejor año de mi carrera y no puedo volver a ser subcampeón nunca más. De todas formas, entre Gibernau, Biaggi y yo hay muchas diferencias, y la principal es la edad. Cuando Valentino se enfrentó a ellos era más joven y acababa de llegar. Ellos llevaban tiempo en MotoGP y eran mayores que él. Ahora, para Rossi, que le gane un piloto que acaba de llegar a MotoGP y que es varios años más que joven, tiene que ser muy duro.

P. Usted enfoca su preparación con el objetivo de lograr su máximo rendimiento individual, sin pensar en el título ni en ganar a Rossi. ¿Y si él hace lo mismo?

R. Es que sólo me sirve pensar en lo que puedo hacer yo para ir más rápido. No me sirve de nada pensar en los demás porque no tengo ninguna capacidad de decidir sobre lo que vayan a hacer. Respeto mucho a mis rivales. Cuando veo vídeos me quedo embobado viendo la facilidad que tiene Stoner, cómo Pedrosa levanta la moto al salir de las curvas o la capacidad de improvisación de Valentino. Pero yo soy Lorenzo y tengo que salir adelante con mis cualidades.

P. Rossi se queja de que usted saque provecho de la moto que él ha desarrollado para tratar de ganarle. ¿Entiende ese punto de vista?

R. Si fuera Rossi pensaría lo mismo. Valentino llegó a Yamaha (en 2004), la moto no era competitiva y él la hizo ganadora. Pero es un empleado de Yamaha que cobra un sueldo multimillonario para trabajar en la moto. La marca tiene que preparar el futuro. Yo piloto su moto, pero igual, si yo pudiera desarrollar mi moto aún iría más rápido. Rossi no es el dueño de Yamaha.

P. ¿Ha llegado a pensar cómo reaccionaría usted si estuviera en su lugar?

R. Pensaría que es ley de vida.

P. ¿En qué aspectos ha sido mejor que usted?

R. Se ha caído una vez menos y ha frenado mejor durante el primer tramo de campeonato.

P. ¿Aprende más de una caída o de una derrota?

R. Yo prefiero aprender ganando y sin caerme porque disfruto más y no me rompo huesos, pero no siempre se puede hacer. El año pasado confiaba mucho en mí mismo, quería hacerlo bien, pero no tenía las claves de la moto y de la categoría bien instalados en mi cabeza, por eso me caí y me hice tanto daño. Traspasaba el límite muy a menudo y cuando no podía hacerlo.

P. Antes de renovar con Yamaha, se quejó de no recibir el mismo trato que Rossi. ¿Qué posición tiene ahora?

R. Hay que ponerse en mi situación. Cuando ves que Valentino prueba una pieza y a ti no te dejan hacerlo, pues sabe mal. Yo sólo quería tener la opción de poder probar lo mismo que él. Pero ahora, Masao Furusawa (director de ingeniería de Yamaha), me ha prometido que tendré acceso a lo mismo que él. Quizás sería interesante que Valentino siguiera siendo la punta de lanza en temas de desarrollo, pero que yo comenzara a poder indicarles a los ingenieros qué es lo que me gusta de la moto y qué cambiaría.

P. ¿Aún no ha podido hacerlo?

R. Furusawa me dijo que a partir de este año ya comenzaría a dar mis instrucciones.

P. ¿Qué margen de mejora tiene?

R. El otro día estuve entrenando en la pista de dirt track que hay en Montmeló, con motos de motocrós de 450cc cuatro tiempos y de dos y medio de dos tiempos, y con un sólo día de entrenamiento ya he notado que tengo más control sobre el acelerador y con la derrapada. Eso significa que el margen que tengo aún es importante. Quiero ser más completo, y por eso voy a introducir nuevas disciplinas a mi entrenamiento, como el trial.

P. ¿Usted cree que sería capaz de rodar a este mismo nivel sobre una Honda o una Ducati?

R. Los cuatro que estamos delante iríamos más o menos igual de rápido si cambiáramos de moto.

P. Entonces, ¿por qué renovó por Yamaha si tenía ofertas más interesantes desde el punto de vista económico?

R. Porque no era el momento de meterme en líos.

P. ¿Tan cerca estuvo de fichar por Ducati?

R. Estuve tan cerca que si Marcos [Hirsch, su representante] me hubiera dicho que lo mejor era irme, lo habría hecho. La oferta económica era muy bestia pero la de Yamaha también está muy bien, no son cuatro duros.