"Marcelino tiene más carácter que Benítez"
"Estoy esperando una maña para febrero", sonríe Roberto Fabián Ayala (Paraná, Argentina, 1973), en referencia al que será su quinto hijo. En su tercera y, por ahora, última temporada en el Zaragoza, el segundo jugador que más veces ha vestido la camiseta de Argentina (115 por las 136 de Javier Zanetti) reflexiona sobre sus siete campañas en el Valencia, en su regreso hoy a Mestalla.
Pregunta. ¿Sigues teniendo un imán en la cabeza?
Respuesta. Es más fácil al tener buenos lanzadores, como Jorge López, y lo trabajamos bastante. Hay otros rematadores como Pavón, con dos goles, Abel Aguilar o Pulido. No sé si he perdido salto, de eso no te das cuenta, lo que sí te cuesta más es la recuperación después de los partidos.
"Marcelino ha sacado algo nuevo de mí: corregir los errores con colocación"
"Me fui con todas las consecuencias. Jugar en Segunda es enriquecedor"
"Bielsa es un educador, da mucha libertad a cambio de un compromiso total"
P. ¿Qué le hace seguir en la brecha?
R. Respeto y gusto por este deporte. Más que nada me gusta competir, sentir que hay alguien enfrente para ganarle. Me siento con ganas y fuerzas.
P. ¿Es comparable Marcelino a Rafa Benítez?
R. En cuanto a capacidad de trabajo y a ver el fútbol, sí. Los dos lo ven muy bien. Pero Marcelino tiene un poco más de carácter. Es más vena, más temperamental. A veces pienso: 'Si lo hubiera tenido antes...'. Benítez planteaba muy bien los partidos y sabía transmitirlos. Marcelino ha sacado algo más de mí de lo que carecía: trabajar con los laterales, qué hacer cuando el balón está presionado, cuándo alargar o achicar el equipo... Antes corregía los errores con el físico; ahora por colocación. Me acuerdo que Bielsa nos decía: 'He aprendido viendo fútbol y ustedes me enseñaron a mí'.
P. ¿Qué clase de equipo tiene el Zaragoza en relación al Valencia en el que estuvo?
R. No tenemos el orden que tenía aquel Valencia, que sabía, desde el minuto 1 al 90, lo que quería: concentración, presión, ritmo... Nosotros tenemos altibajos.
P. ¿Cómo valora lo conseguido con aquel Valencia?
R. Muchísimo, ganarles al Madrid y al Barça, con sus presupuestos, y mantenernos. Lo mejor que me pasó en el fútbol lo viví en el Valencia: mi plenitud física y futbolística. Fue un equipo comprometido.
P. Con jugadores de fuerte personalidad.
R. Hay grupos que se van haciendo solos. Angloma, Djukic o Cañizares te van enseñando lo que es el equipo.
P. Marcó en La Rosaleda el gol de la primera Liga de Benítez, la 2001-02.
R. Fue un centro de Vicente de córner. Había soñado que marcaba un gol y marqué de cabeza el gol que abrió el partido, sentenciado después por Fabio Aurelio.
P. Y en la segunda Liga, en 2003-04, su actuación en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla, fue espectacular.
R. Esa temporada estuvo marcada porque el club no quiso venderme al Madrid y terminamos ganándole la Liga precisamente al Madrid.
P. La peña ultra Yomus le amenazó.
R. Forcé para irme. Le dije al club: 'He rendido y quiero mejorar'. Se interesaron por mí el Madrid, el Barça y el Chelsea. El jugador debe ser juzgado dentro del campo, y yo siempre doy el máximo. El Valencia creyó que yo era importante y ganamos el doblete.
P. ¿Se propuso intimidar a Drogba en la final de la UEFA que le ganaron al Marsella?
R. Me había llegado mucha información sobre un delantero rápido, fuerte, africano. Yo no lo había visto. Nos tocó saludarlos y, a medida que ibamos pasando, me fijaba en quién llevaba el 9 para saber si era tan fuerte. Le di la mano derecha y con la izquierda, le toqué el hombro y la espalda: ¡era terrible! En la primera jugada, en un balón dividido en el salto, me armé y fui a chocar con todo [y Drogba apenas entró en juego en el resto del partido].
P. ¿Se le veía que iba a ser tan bueno?
R. Sí, muy buenos movimientos, muy complicado de marcar. Volví a marcarlo en el Mundial de 2006 y a través de Matías nos hemos intercambiado la camiseta y nos dejamos recados.
P. ¿Prefirió el Zaragoza al Villarreal por dinero?
R. Sí, porque se le dijo al Villarreal que había una propuesta mejor del Zaragoza. Entendieron que presionaba, el Zaragoza pagó la cláusula y me fui.
P. ¿Se arrepintió?
R. No, lo hice con todas las consecuencias. Me comprometí tres años. Son pocos años para sacar fruto de mi carrera. Me tocó vivir otra cosa, una experiencia enriquecedora. Aprendí lo dura que es la Segunda. Hay tantos jugadores de Segunda que luchan por poder jugar en Primera... ¿Por qué uno de Primera no puede jugar en Segunda? Valoro mucho más mis años en Primera.
P. ¿Le tentaron para volver a la selección?
R. Si estaba en condiciones y podía echar una mano, iba a aceptar la llamada. A Argentina se le exige jugar bien y ganar. Y no encuentra el juego.
P. ¿Su sucesor?
R. Se ha hablado mucho de Otamendi, de Vélez, y de De Michelis, que fue la referencia que dejé y estaba jugando muy bien hasta que se lesionó.
P. ¿Qué opina del exabrupto de Maradona tras clasificarse para el Mundial?
R. Una equivocación porque es la cara de nuestro fútbol y lo está representando. Aunque es verdad que ha recibido críticas desmedidas.
P. ¿Qué le parece el actual Valencia?
R. Ha encontrado en los pequeños atacantes a potenciales Balones de Oro. Practican un juego muy dinámico, no están fijos y llegan por todos lados. Pueden marcar una época. Banega, además, le va muy bien al paladar del público de Mestalla. Es exquisito y de buen toque. Aunque al equipo le falta consistencia defensiva.
P. ¿Qué hará cuando se retire?
R. Termino este año y veré en qué condiciones. Siempre dije que no quería ser entrenador, pero no lo tengo tan claro porque coincido con muchas cosas de los entrenadores. Aprendí hasta de Zaccheroni, con quien apenas jugué en el Milan. Bielsa fue el que más me marcó.
P. ¿Por qué todos los jugadores hablan tan bien de Bielsa?
R. Porque es un educador: da mucha libertad al jugador a cambio de un compromiso total, te hace jugar como se hace de amateur, consigue una motivación muy alta... Todo eso como seleccionador; porque en un equipo de club podría llegar a ser estresante por lo meticuloso y exigente que es.
P. También lo es Benítez.
R. Pero Rafa no tiene la rigidez de Bielsa: si en media hora, no salía una cosa, la dejaba. Bielsa quería la perfección.
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