Camps ordena la fusión de las cajas
La Generalitat intenta blindar su brazo financiero - Ninguna razón técnica avala la fusión de Bancaja y CAM - El presidente impone criterios políticos
Francisco Camps ordenó ayer a los presidentes de Bancaja y Caja del Mediterráneo (CAM) que ajusten cualquier decisión sobre su "presente y futuro" al "ámbito autonómico de decisión política". El presidente de la Generalitat aprovechó una comparecencia pública junto a José Luis Olivas, presidente de Bancaixa; Modesto Crespo, presidente de la CAM; y Rafael Soriano, presidente de Caixa Ontinyent, para reiterar que "las cajas de ahorro son pilares fundamentales para la vertebración de la Comunidad Valenciana"; que los valencianos "nos sentimos orgullosos de Bancaja y de la CAM"; y que "cualquier decisión sobre su presente y su futuro las deben adoptar los órganos de gobierno de las cajas, pero siempre en el ámbito autonómico de decisión política".
El presidente de la CAM torció el gesto cuando el presidente rechazó por primera vez cualquier posible fusión de la caja alicantina con Caja Murcia, pero cuando Camps se repetía por cuarta vez, tragó sin inmutarse.
El presidente de la Generalitat aderezó su alocución, en la que no admitió preguntas de los periodistas, con dos frases lapidarias. "Para no tener que depender de nadie", dijo primero, y culminó: "Siempre sabiendo que el ámbito político de la Comunidad Valenciana tiene que continuar vertebrando expectativas de futuro". Es decir, que su voluntad política es consolidar un potente brazo financiero tutelado desde el Palau de la Generalitat.
La bomba la soltó Gerardo Camps el domingo pasado en Alicante. El propio vicepresidente económico había sugerido en julio pasado que sería conveniente trabajar con vistas a una fusión de las dos grandes cajas valencianas, la tercera y la cuarta de España por volumen de activos gestionados.
El problema reside en que la fusión de Bancaja y la CAM no responde a ninguna lógica ni económica ni financiera. Javier Quesada, que asesoró a Antonio Birlanga cuando la Comunidad Valenciana acometió la fusión de las muchas cajas menores dispersas por el territorio hace más de dos décadas, sentenció que una fusión de Bancaja con la CAM "tendría más que ver con la política que con la razón".
Caja Madrid tiene en el punto de mira a la CAM desde hace meses. Si la CAM acumulara el peso de Bancaja, una posible absorción adquiriría tintes de fusión entre pares, una razón política decisiva.El presidente de la Generalitat se retiró con los máximos responsables de las tres cajas valencianas y su vicepresidente económico. Los periodistas de amontonaron a las puertas del Palau para intentar recabar la opinión de los presidentes de las cajas. Rafael Soriano, presidente de Caixa Ontinyent, salió minutos después. ¿Le han invitado a fusionarse con alguien? "No es el momento", respondió con media sonrisa intentado pasar desapercibido. Poco después fue Modesto Crespo quien abandonó el Palau. Fue asediado por cámaras y micrófonos y apenas acertó a declarar: "El presidente ha dicho claramente cuál es su decisión y nosotros nos ajustamos a sus palabras".
Media hora larga más tarde, el presidente de la Generalitat, su vicepresidente económico y José Luis Olivas, presidente de Bancaixa y ex presidente de la Generalitat, salieron juntos del Palau y corrieron a los coches sin soltar prenda.
Bancaja y la CAM se relacionan como el agua y el aceite. La aparente improvisación del envite por la fusión de las cajas desde el Consell es recibido por los socialistas como una mera "cortina de humo" para evitar titulares relacionados con el escándalo de financiación irregular que salpica al PP de la Comunidad Valenciana a raíz de la difusión de parte del sumario del caso Gürtel.
Los costes sociales de la fusión de ambas entidades son muy elevados, según todos los estudios elaborados en los distintos intentos de fusión previos.
Y hace falta mucha política previa para lograr que dos tercios de los consejeros de ambas entidades apoyen la fusión. En primer lugar, un acuerdo con los socialistas en la renovación de los consejeros que corresponde nombrar a las Cortes. El miércoles 12 de noviembre, los diputados refrendarán las dos primeras listas de consejeros que nombra la Generalitat en las asambleas de Bancaja y Caixa Ontinyent.
Cuando la CAM se fusionó con Caixa Torrent en 1987, los consejos de administración de ambas entidades aprobaron la fusión por unanimidad y los representantes de los trabajadores también dieron su visto bueno. Pero la asamblea de Caixa Torrent autorizó la operación por un escasísimo margen de cuatro votos.
La ruptura de las negociaciones entre Modesto Crespo y Carlos Egea, presidente ejecutivo de Caja Murcia, para tantear un acuerdo juega a favor de los movimientos de la Generalitat en pro de una fusión valenciana.
Tanto como el inminente ascenso de Rodrigo Rato a la presidencia de Caja Madrid se mueve en el trasfondo de los precipitados movimiento del Consell a lo largo de toda la semana. Todo apunta a que el ex ministro de Hacienda y ex presidente del Fondo Monetario Internacional asumirá la gestión de la segunda caja de España con vocación de desbancar a La Caixa. Y la vocación de Caja Madrid por absorber la CAM es pública.
Francisco Camps lograría un combate entre iguales si impusiera la fusión de las dos grandes cajas valencianas en paralelo al ascenso de Rodrigo Rato. Y dispondría de una abultada bolsa para sostener algunas de las aventuras emblemáticas en que el PP ha empeñado a la Generalitat, desde Terra Mítica hasta la Fórmula 1.
"Al margen de la dudosa racionalidad económica de una fusión entre las dos grandes cajas valencianas", comenta Quesada, "juntas tratarían a Caja Madrid de tú a tú".
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