El FMI pide más ajuste fiscal
La patronal española pedía un paréntesis en la economía de mercado. La banca anglosajona clamaba por la nacionalización. Y el Fondo Monetario Internacional (FMI) llegó a repudiar las recetas neoliberales para convertirse al neokeynesianismo, lo que supone devolver al sector público el rol de pacificador en una economía en estado de guerra. Eso sucedía en lo más hondo de la crisis: una vez pasado lo peor del temporal, cada cual vuelve por donde solía. Y el primero el FMI, que alentó los estímulos fiscales en todo el mundo y ahora juega a ser dios y diablo: asegura que la política fiscal aún es necesaria para sostener la demanda, pero de paso señala a España como uno de los cuatro países que necesitan un mayor ajuste fiscal junto a Japón, Reino Unido e Irlanda.
Pese a que presenta unos números pésimos, el FMI no incluye a EE UU (con una deuda del 93% y un déficit del 8,1% en 2010) en ese furgón de cola.
En un informe sobre el estado de las finanzas públicas mundiales, el Fondo avisó ayer de un futuro incremento de los tipos de interés (hasta dos puntos más el año próximo) por los abultados déficits públicos. En otras palabras: la avalancha de nueva deuda pública obligará a subir la remuneración de los bonos estatales, y eso tirará del resto de los tipos de interés privados en todos los mercados.
Hay malas noticias para España. El Fondo vaticina que la deuda pública rozará el 70% del PIB y el déficit público alcanzará el 11% del PIB en 2010 -claramente por encima de las previsiones del Gobierno-, pese a que en la cumbre de Estambul se comprometió a rebajar esas previsiones por las subidas de impuestos anunciadas por el Gobierno. España se enfrenta a un "deterioro significativo" de sus finanzas públicas, y buena parte del déficit -al menos la mitad- podría convertirse en estructural, según los augurios del FMI.
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