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Reportaje:LIGA DE CAMPEONES

De Santo Domingo a San Siro

Un Madrid imprevisible se cita de nuevo con el Milan mientras despeja sus dudas - El Atlético, ya en descenso, recibe al líder de la 'Premier' - Al Barça, con menos gol, le espera el inquietante Rubin

José Sámano

De Santo Domingo, en Alcorcón, a San Siro, donde espera el segundo equipo con más Copas de Europa; del gatillazo final en el Reyno de Navarra a la inquietante estepa rusa, donde reina el Rubin Kazán, el único azote azulgrana en lo que va de curso; de San Mamés, ya en puestos de descenso, al Manzanares, donde aterrizará el líder de la reputadísima Premier. No hay tregua futbolística ni bingos predecibles ante un calendario tan variopinto.

Con Higuaín al rescate y un árbitro extraviado con efecto motivador, el Madrid ha encontrado unas horas de sosiego antes de medirse mañana al Milan, que, de forma sorprendente, le tomó la matrícula en Chamartín. Un partido de extraordinario calado entre dos clubes que suman 16 títulos del gran torneo europeo. En Milanello hay una cierta parálisis institucional y el Milan apenas se ha barnizado en los últimos años. Todo lo contrario que el Madrid, de nuevo el gran agitador del mercado mundial. Del presunto vigor de unos y el estado comatoso de otros no hubo rastro en la reciente cita en el Bernabéu. Todo apuntaba a un mero accidente madridista, hasta su sequía en Gijón e inmediata inmolación en Santo Domingo. Al Madrid, que hizo un notable ejercicio de casta y orgullo frente al Getafe, le asaltan las dudas, pero tiene caladero para buscar el sistema idóneo. En Milán, incluso con Cristiano en la enfermería y Guti de penitencia, a Manuel Pellegrini aún le sobrarán estrellas: ¿Raúl, que respiró el sábado en el banquillo; el pujante Higuaín; el esperado Benzemà, o Kaká, un hijo pródigo de Silvio Berlusconi? Por muchas dudas que desvelen al entrenador madridista -otra a la vista podría ser el mayor rendimiento del actual Sergio Ramos como central que como lateral-, el Milan tampoco tiene brújula y mucho menos cesto para cambiar el paso. Escarmentado tras el estropicio provocado por Pato, el Madrid sabe que con sólo subir los decibelios de aquel día tendrá mucho ganado.

También el Barça tendrá que meditar ante el Rubin Kazán, que le hizo un inopinado nudo en su bautismo en el Camp Nou. A la espera de una mejor versión de Iniesta y alguna pista de Henry, el equipo de Guardiola aún tiene momentos seductores, pero ha bajado su porcentaje goleador. No supo bajar la persiana a sus duelos con el Rubin y Osasuna y penó por ello. Un patinazo en Rusia le enredaría uno de los campeonatos en los que defiende el título.

Quien definitivamente perdería el hilo en caso del enésimo naufragio es el Atlético, caído ya a los puestos de descenso en la Liga (tras la goleada del Villarreal al Tenerife, sólo son peores el Xerez y el Málaga). A Quique Sánchez Flores le ha caído un hueso para su estreno en el Calderón. Pero quizá sea el mejor cartel posible para el Atlético, que, si aún mantiene alguna fidelidad con sus entrañas, siempre fue un equipo tan capaz para las gestas como calamitoso para los bolos. El Chelsea, líder inglés, será un examen exigente, pero de sus visitas europeas no hay grandes huellas en esta flamante era Abramóvich.

Más calma se presume para el Sevilla, que pica en todas las competiciones y recibe al paliducho Stuttgart, al que ya goleó en Alemania. A su rebufo en la Liga ya tiene al Valencia, vencedor en Málaga y que parece haber recuperado algunas viejas señales.

Higuaín celebra uno de los dos goles que metió al Getafe.
Higuaín celebra uno de los dos goles que metió al Getafe.CRISTÓBAL MANUEL

Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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