Un noviazgo con altibajos

En el enésimo episodio del culebrón del noviazgo entre Iberia y British Airways (BA) llega la noticia de embarazo. La antigua aerolínea española de bandera anunció el jueves 22 de octubre la gestación de una nueva compañía de red, con base en Madrid, para sustituir a Iberia en los vuelos nacionales y europeos con sueldos más bajos que los que cobran en la actualidad los empleados de la compañía.

Ese nuevo retoño de Iberia es aún un embrión sin nombre. Sólo se avanza que la compañía española buscará algún socio, pero quiere más del 50% para mandar sin obstáculos en el consejo de administración. Ya han empezado las apuestas sobre quién acompañará el nacimiento de la criatura, pero no es seguro que se eche mano de viejos socios de Iberia como los Serratosa (Air Nostrum y Vueling), Jesús Macarrón (Gestair) o Juan José Hidalgo (Air Europa). Los Lara (Planeta) acaban de vender su parte en Vueling, de manera inopinada para Iberia, según las fuentes consultadas.

La decisión sobre la fusión con la británica es inminente

La nueva compañía deberá empezar a operar en 2011 con 10 aviones, para duplicar la flota en su segundo año de vida. La idea es que opere todas las rutas en Europa, excepto aquellas con más densidad de tráfico de negocios, como la conexión con Londres o Bruselas. Sobre el puente aéreo Madrid-Barcelona no hay aún una posición, según la compañía. Se trata de resistir la competencia del AVE y de las aerolíneas de bajo coste, pero los sindicatos son escépticos a la espera de conocer los números.

Los socios británicos consideran la decisión un asunto interno de la española, que no afecta a la fusión. Según un portavoz de Iberia, a los propios consejeros de BA en la aerolínea española les pareció una idea "estupenda". Unos y otros sostienen que la nueva compañía no afecta a la unión, que se basa en la complementariedad de las compañías en las rutas de largo radio.

No todos piensan así. Un informe de Deutsche Bank sobre BA de esta misma semana recomendaba vender y consideraba que la nueva criatura de Iberia sugiere que la compañía "hace planes por la posibilidad de que el acuerdo [con la británica] no se produzca en absoluto". Algunas fuentes del sector interpretan el movimiento de Iberia como un mensaje a los británicos para que espabilen.

De momento, nada hace pensar en una ruptura entre ambas compañías. El nuevo presidente de Iberia, Antonio Vázquez, cuando llegó al cargo hace ya casi cuatro meses avisó de que la decisión en un sentido o en otro sería rápida. Fuentes cercanas a la compañía señalan que la solución es ya inminente, y que sólo falta cerrar la ecuación de canje. Tras los surrealistas aplazamientos del último año, Vázquez no quiere hacer público ningún calendario, pero tampoco eternizar la negociación. Los malos resultados de ambas compañías (BA presenta el balance del verano el próximo viernes; Iberia lo hará el día 11), las dudas sobre el futuro de Caja Madrid (primer accionista de Iberia) y el retraso en la publicación de la valoración del déficit de los fondos de pensiones de la británica no han ayudado a avanzar en el acuerdo.

Pero, salga o no la operación, ambas empresas abordan la crisis con importantes recortes de empleo y un acercamiento a los planteamientos de las compañías de bajo coste, con nuevos cargos por equipaje o por elegir sitio. BA redujo la plantilla en 1.450 trabajadores en el segundo trimestre; Iberia, en 1.740. La británica prevé reducir 3.700 empleos de tripulantes de cabina y aplicarles rebajas salariales. Los sindicatos amenazan con huelgas en navidades en el Reino Unido, mientras en España se produjeron esta semana las dos primeras de las cuatro jornadas de paro convocadas para los auxiliares de vuelo por el convenio colectivo.

Además de más recortes de empleo y gastos, Iberia quiere crecer más del 4% anual en el largo radio y busca mejorar la atención al cliente con la renovación de la clase business en toda la flota de largo radio en marzo, lo que implica eliminar una o dos filas de asientos en los aviones A-340, y la remodelación de la clase turista el año próximo. Con AENA negocian para hacer una línea de paso rápido del control de seguridad y medidas para que las maletas procedentes del satélite de la T-4 lleguen más rápidamente al pasajero.