Agónico placer
Con más alma que juego, el Villarreal obtiene ante el Málaga, nuevo colista, su primer triunfo
Tenso por la situación, con más alma que fútbol y con agonía final, consiguió el Villarreal su primera victoria de la temporada, tan largamente esperada. La logró de manera austera, con pasión, sin apenas juego, con más dudas que certezas y con suspense final ante un Málaga tibio, ni mucho ni poco, que sólo se empleó de manera digna en el tramo final del partido, en el que encerró en su área al Villarreal, salvado, esta vez sí, por una defensa correcta. Seguro que la victoria tranquilizó al presidente, Fernando Roig, al que nadie pedirá la cabeza de Ernesto Valverde, que, por fin, se dio una alegría. El problema se lo traspasa momentáneamente a su colega Muñiz. El Málaga ya es colista, quién lo diría, tras golear en la primera jornada al Atlético de Madrid.
VILLARREAL 2 MÁLAGA 1
Villarreal: Diego López; Venta, Godín, Marcano, Capdevila; Cani, Eguren, Senna (Bruno, m. 87), Escudero (Rossi, m. 72); Nilmar (Fuster, m. 68) y Llorente. No utilizados: Oliva; Ángel, Bruno y Jonathan Pereira.
Málaga: Munúa; Gámez, Stepanov, Weligton, Manu Torres; Fernando (Valdo, m. 46), Juanito (Xavi Torres, m. 48), Apoño, Luque (Forestieri, m. 64); Obinna y Baha. No utilizados: Santamaría; Benachour, Edinho e Iván González.
Goles: 1-0. M. 27. Nilmar marca a pase de Escudero. 1-1. M. 45. Luque, de cabeza. 2-1. M. 54. Capdevila, de falta directa.
Árbitro: Velasco Carballo. Amonestó a Stepanov, Juanito, Llorente, Eguren, Apoño y Capdevila.
Unos 18.000 espectadores en El Madrigal.
Heridos en su orgullo, los amarillos arrancaron con fiereza, algo inusual
Herido en su orgullo, arrancó con fiereza el Villarreal en el partido, algo inusual en un equipo que acostumbra a la contemplación y al estudio tranquilo y metódico del contrario. Olvidó la afición de El Madrigal la clasificación y aplaudió el carácter y la disposición del conjunto, menos dulce y estético que en precedentes ocasiones, más pragmático. La agobiante verdad no permite sutilezas en los futbolistas ni reproches en la grada.
Tres notables ausencias contaba Valverde en la formación titular, sin los sancionados Gonzalo y Pirès y con la baja de última hora de Cazorla, aquejado de problemas en el nervio ciático. Con semejante panorama, el técnico extremeño optó por dar una oportunidad en el equipo inicial a Damián Escudero, que se hallaba inédito hasta el momento. Rossi se quedó esta vez en el banquillo. Valverde, en la búsqueda del gol que no llega, va alternando en la delantera amarilla a Nilmar y Llorente, titulares ayer, con el italiano y Jonathan Pereira (la presencia del pequeño punta está siendo testimonial en el inicio de Liga). Forman un cuarteto atacante que, en teoría, debería garantizar gran cantidad de goles y proporcionar muchos triunfos al Villarreal.
La realidad, hasta ayer, desmentía los presagios. De los cuatro delanteros, sólo Rossi había conseguido marcar un gol.
Nilmar rompió ayer su maleficio y el que persigue a los estiletes amarillos. Abierto en el extremo izquierdo, Escudero metió un pase potente y raso que el delantero brasileño hizo bueno. Se estrenaba en la Liga el segundo delantero de la selección canarinha, que no es poca cosa.
El gol dio validez a una de las teorías de Valverde: la importancia del juego por las bandas, carencia del Villarreal apreciada por el ex delantero del Barcelona, el Espanyol y el Athletic a su llegada al club castellonense.
El argentino Escudero resulta un recurso natural para abrir el ataque y aportar velocidad. Pero, solucionado un problema, volvió a aparecer el habitual error defensivo. Luque no encontró oposición alguna para rematar de cabeza un medido centro y batir a Diego López. El empate llegó en el último minuto del primer tiempo. Para gozo de unos y padecimiento de otros.
El gol de Luque hizo mella en el ánimo del Villarreal y se trasladó al juego, que se volvió precipitado y discontinuo. Le salvaba cierto orgullo y mucha intención.
Ni lo básico expuso el Málaga, esperando el haraquiri del rival, ambicioso solamente con desventaja en el marcador. Le llegó pronto de nuevo. Capdevila encontró portería en una falta cercana al área a los nueve minutos de la reanudación. El lateral internacional dijo ésta es la mía y adelantó de nuevo al Villarreal para darle su primera victoria y salvar la cabeza a Valverde.
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