Benissa, en contra del trazado de dos autovías

Benissa anda estos días en pie de guerra contra dos nuevas autovías proyectadas por el Ministerio de Fomento para enlazar la AP-7 con la población vecina de Calp y que al atravesar su término municipal contemplaría la destrucción de gran parte de su patrimonio agrícola y medioambiental más valioso y de los últimos pulmones verdes.

Las cuatro fuerzas políticas de la corporación de Benissa -PP, BNV, PSPV y PSD- ya han mostrado su rotunda oposición al proyecto, que según manifestó el alcalde, el popular Juan Bautista Roselló, ha causado una "honda alarma social", toda vez que comportaría la expropiación de decenas de propiedades agrícolas.

El doble enlace, concebido para unir Calp con los peajes de la AP-7 de Altea y Benissa, incluye en esta última población una obra civil de extraordinarias dimensiones, con puentes elevados y pasos subterráneos que deben salvar una orografía muy escarpada y cotas montañosas en las que aún quedan importantes masas boscosas. También produciría un importante daño al patrimonio cultural ya que una de las partidas afectadas en Benissa, la de la Ràpita, fue declarada por la Generalitat como zona de vigilancia arqueológica y atesora importantes restos de época romana e islámica.

Según los expertos, en el paraje, embrión del origen árabe de Benissa, aún quedarían enterrados una mezquita y unos baños de la era Andalusí. Sobre ella lleva mucho tiempo planeando la sombra de la presión urbanística y hace algunos años sólo la movilización popular evitó la construcción de 3.500 casas y dos campos de golf. "Ahora se ve amenazada por una vía rápida, por lo que nosotros exigimos la descalificación de la zona para lograr su protección definitiva, ya que hay mucho en juego", dijo por su parte el concejal de Cultura, el nacionalista Xavier Tro.

Benissa también se opone al proyecto porque acrecentaría aún más el caos viario. Desde hace meses se encuentra paralizada la variante de la N-332, que debería evitar el tráfico por la travesía de la población, debido a problemas económicos de la adjudicataria. Además, el tramo de la Nacional que une Benissa con Calp también se encuentra en pésimo estado y en ella Fomento ha instalado algunos de sus famosos carteles en los que alerta a los conductores de una vía con riesgo de accidentes.

El proyecto amenaza con abrir un conflicto entre los municipios de Benissa y Calp.