Cuadros que esconden fotos
El Centre de El Carme de Valencia refleja 'La huella de la fotografía en la nueva pintura realista' a lo largo de cuatro décadas
Una obra de Juan Genovés pintada en 1976, El abrazo, resume perfectamente el espíritu de la espectacular exposición La huella de la fotografía en la nueva pintura realista. La aportación valenciana (1963-2005), que ayer se inauguró en el Centre de El Carme de Valencia. Resume una época, en la que hubo una reacción artística frente al informalismo imperante para volver los pinceles hacia la figuración. Resume también cómo esa figuración, en el caso de los artistas valencianos, estuvo muy influenciada por el pop art, y a su vez con una indisimulada vocación política y social. No en vano se expone en el Reina Sofía de Madrid como icono de la transición. Y sobre todo resume la poderosa influencia de la fotografía en una corriente que en principio la "convierte en un material documental pero paulatinamente la usa como el propio soporte técnico", en palabras de la comisaria Felisa Martínez.
La fotografía pasa de material documental a soporte técnico
El protagonismo pictórico merma: "La huella del pincel no existe"
La muestra recoge obras a lo largo de cuatro décadas de 26 artistas, entre los que destacan Artur Heras, Antoni Miró, Equipo Crónica, Anzo, Equipo Realidad, Manuel Boix, Horacio Silva o Adrià Pina. Y en su recorrido, casi cronológico, concluye con las espectaculares obras de Carolina Ferrer, Javier Garcerá o Soledad Sevilla, culminadas apenas el año pasado.
"Todos los artistas están entre los mejores exponentes del arte contemporáneo español", explicó ayer Martínez, que presentó la muestra junto a Felipe Garín, asesor científico del Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana. Garín argumentó la incorporación de la fotografía en las primeras obras como un paso lógico y de compromiso en aquellos años convulsos ya que "el componente social que refleja la España del momento necesita una expresión más directa".
Manifestaciones, crisis, matanzas, barricadas... quedan perpetuados en unas obras que hasta intentan reducir el protagonismo pictórico: "La huella del pincel no existe". La comisaria muestra en su recorrido cómo los artistas comienzan usando las imágenes como simples bocetos, luego las manipulan pictóricamente para finalmente hacerlo con las herramientas informáticas. Formatos, tamaños y técnicas distintas, pero todas las obras abrazan el reflejo escondido de una fotografía.
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