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Necrológica:'IN MEMÓRIAM'
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

José Jiménez de Parga, abogado

José Jiménez de Parga falleció en Madrid el pasado 6 de octubre. Fue un hombre bueno, que dedicó por entero su vida a la lucha contra la injusticia.

Ya en 1955, recién licenciado en Derecho, inicia con el padre Llanos una labor social de ingente trascendencia en el Pozo del Tío Raimundo, quedándose ambos a vivir allí en las mismas condiciones que soportaban las gentes que llegaban a Madrid en busca de trabajo, en una inmigración interior masiva que carecía de todo apoyo oficial.

No se limitaría Pepe Jiménez de Parga a la defensa de los trabajadores en las magistraturas de Trabajo, sino que ayudó con valentía sin límites a la defensa de aquellos trabajadores que, perseguidos por sus ideas políticas o sindicales, eran juzgados por los tribunales militares, porque si él no tenía acceso como abogado a dichos tribunales, se encargaba de buscar entre sus infinitos amigos y conocidos quien les defendiera. Luego les defendería él en el Tribunal de Orden Público.

Supo llevar siempre, constantemente, una palabra de aliento a los presos políticos, tratando en todo momento de dar solución a los problemas que se iban planteando, en sus visitas a las prisiones en que estaban encarcelados: Carabanchel, Burgos, Cáceres, Palencia, Segovia...

'Información Laboral'

A fines de 1965 funda con otros compañeros el despacho de abogados laboralistas de la calle de la Cruz, pionero en la defensa de los trabajadores, cuando ya habían surgido las primeras huelgas. Fue Jiménez de Parga quien funda y dirige en este despacho el Boletín de Información Laboral, que se difunde por fábricas y talleres para orientar a los trabajadores acerca de los medios de lucha frente a los abusos de las empresas. La revista resiste siete números; la policía secuestra el último boletín, por orden del Ministerio de Información, que dirigía Fraga.

Su lucha contra las injusticias no terminaría con la dictadura. Empezó defendiendo la inmigración interior y últimamente, a quienes experimentan la dureza de trato a la que viene de fuera: en la ONG La Calle, que dirige su gran amigo Tato, se dedicó a recoger en Canarias a los niños que no pueden expulsar; luego se les enseña un oficio en alguno de los numerosos talleres de Orcasitas, para que puedan encontrar un puesto de trabajo.

Y en toda la trayectoria de su lucha, su compañera, Angelines, infatigable siempre.

También firman este In Memóriam Antonio Montesinos y Fedor Adsuar.

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