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Reportaje:

Navas no sale del cascarón

El extremo acumula éxito tras éxito en el Sevilla, pero continúa sin encontrar el grado de madurez necesario para acudir a las convocatorias de la selección española

Rafael Pineda

Con su eterna cara de niño sonriente y consolidado como una de las joyas más valiosas del Sevilla. Así vivió Jesús Navas el día siguiente a la gran victoria de su equipo sobre el Real Madrid, en la que tuvo un papel sobresaliente. Marcelo, lateral izquierdo de la selección de Brasil, fue empequeñecido por la soberbia actuación del niño, pues así es apodado el sevillano (Los Palacios, 1985) en la intimidad por sus compañeros y el entorno más próximo. Es feliz en el Sevilla, en el que goza de un buen contrato hasta 2012 y ha logrado dos Copas de la UEFA, una Copa del Rey, una Supercopa de España y otra de Europa. Muy poco a poco va superando ese cuadro de ansiedad que le impide soportar grandes concentraciones y la posibilidad de disputar el Mundial de Suráfrica. El domingo, nada más finalizar el partido, Navas afirmó: "Jugar en la selección es lo máximo. Estoy dando pasos para poder estar en ella. Tengo que seguir creciendo y disputar un Mundial sería lo máximo". Unas palabras que podrían suponer un acercamiento al conjunto de Vicente del Bosque, pero que en el fondo sólo son una pose. Navas sigue empeñado en no salir del cascarón, acostumbrado a habitar en El País de Nunca Jamás, en el que los niños no crecen.

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La familia Rodríguez de Moya sigue de cerca los pasos de Navas, pues trabaja desde hace años en su representación. "El único que puede decidir sobre su incorporación a la selección es el propio Navas. Por el momento, no hay ninguna novedad al respecto", sentencia Jesús Rodríguez de Moya, el patriarca de esta familia de agentes para los que Navas es un asunto muy particular. Tampoco desde la federación se ha vuelto a preguntar por la predisposición del futbolista para acudir a una convocatoria de Del Bosque. Su antecesor, Luis Aragonés, abandonó en su día el empeño por considerarlo imposible.

De la misma forma, parece olvidada la posibilidad de que el extremo del Sevilla pueda desarrollar su carrera en un grande del fútbol nacional o europeo. "No es momento de hablar de eso. También Jesús debe decidir en este caso", reitera Rodríguez de Moya. La conclusión es evidente: Navas no va a la selección porque no lo desea y del mismo modo huye de la opción de jugar en un Madrid o un Barcelona. Al menos, por ahora. Es feliz en el Sevilla, aferrado a un entorno familiar muy peculiar (de profunda religiosidad), a sus amigos de Los Palacios (su pueblo natal) y a un club en el que está destinado a batir registros. "Nos adelantará a todos los que jugamos en el Sevilla", indicó recientemente el entrenador, Manolo Jiménez. Con sólo 23 años (cumplirá los 24 en noviembre), lleva 161 partidos en Primera.

Navas jugó su primer encuentro en el Sevilla en la temporada 2003-04. Fue Pablo Blanco, coordinador de fútbol base del club, el que decidió su fichaje para el conjunto juvenil. Curiosamente, Blanco se desplazó para seguir las evoluciones de Marco Navas, el hermano mayor de Jesús y que ahora milita en las filas del Guadalajara, en Segunda División B. Cuando observó cómo driblaba el pequeño, no dudó ni un instante y lo incorporó a la cantera sevillista. Fue a por uno y se llevó a los dos para encontrar al bueno por casualidad.

Con 16 años jugaba ya en el filial, el Sevilla Atlético, en la temporada 2002-03, y fue Joaquín Caparrós el que decidió que debutara con el primer equipo en 2003. "Tiene algo distinto. Hablé con él cuando vino a San Mamés y cada vez le veo mejor, en una progresión constante. Jesús, a pesar de su apariencia, es un portento en lo físico y el sevillismo se beneficiará de su enorme clase", confirma el actual entrenador del Athletic. Interrogado por la presencia de Navas en el Mundial, Caparrós sostiene: "Es la guinda que le falta al equipo. Un jugador de su juventud y clase por la banda derecha le vendría muy bien a España. No sé si estará, pero a Jesús le veo mucho más maduro y animado. Quizás se atreva a dar el salto".

En espera de que se cumpla esta profecía de Caparrós, Navas disfruta con su nuevo coche, un deportivo que le compró a su ex compañero Mosquera. Casi siempre, junto a Diego Capel, su amigo en la plantilla como lo fue antaño Javier Saviola. Para Jesús, por el momento, el Mundial puede seguir esperando.

Navas celebra con sus compañeros el gol que le marcó el domingo al Madrid, el primero del Sevilla.
Navas celebra con sus compañeros el gol que le marcó el domingo al Madrid, el primero del Sevilla.EFE

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