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Reportaje:

¡Que pase el siguiente!

El alcalde de Elche, Alejandro Soler, recorre los barrios de la ciudad atendiendo las peticiones y quejas de los ciudadanos

José Albaladejo tiene 65 años y vive en el barrio nuevo de Altabix en Elche. Esta noche el alcalde está en el barrio y atiende. Tras hacer cola, José pide que se rieguen los árboles de una zona deportiva. Este jubilado, pasea todas las mañanas por el lugar y cuando supo que podía plantearle al alcalde cualquier sugerencia se hizo una lista. "Los arboles secos, los imbornales pequeños...". Este ilicitano conocía al alcalde "de chiquillo porque iba al colegio con mis hijos" y está contento con la idea de que vaya a los barrios y les escuche sin intermediarios. El alcalde de Elche, Alejandro Soler, inició hace unas semanas una ruta semanal que llevará a todos los barrios y núcleos urbanos. Allí, en un centro social o una pastelería a falta de centro atiende hacia las 20.00 a cada vecino que quiera hablar con él. Libreta en mano y con un asistente, pide el nombre y el teléfono de su interlocutor y se compromete a llamarlo al día siguiente y decirle ya si se ha hecho alguna gestión para solucionar su problema. De momento ha visitado tres barrios y se compromete a volver en tres meses dispuesto a ser recriminado si no ha hecho nada de lo solicitado.

Antonio pide al alcalde más seguridad en el colegio Soler acude a estos encuentros en autobús público

Algunos ya han criticado que tenga que ser el alcalde el que vaya personalmente a ver en qué estado están los barrios y cuales son las demandas de los vecinos como si esta información no le llegara o lo hiciera mal a través de los concejales y funcionarios de cada área, pero el primer edil aprovecha para ir más allá. Soler, 37 años, vicesecretario general del PSPV, es alcalde de Elche desde 2007 aunque lleva en el Ayuntamiento como concejal desde 1995. Gobierna en coalición con la única edil de Compromís y a dos años de las elecciones ha arrancado la maquinaria que espera le lleve a renovar su cargo y esta vez con mayoría absoluta. Político joven pero con proyección, Soler gana en la corta distancia.

Antonio, de 42 años, le ha pedido que incremente la seguridad del colegio donde van sus hijos tras sufrir varios robos; Rosalía de 57 años, vive con su hijo para ayudarle en el pago de la hipoteca, "le he contado mi caso que es privado y tengo mucha confianza en que me pueda ayudar", tanto ella como su hermana Angelina, 64 años, han hablado por primera vez con el alcalde. Han pedido colarse y son las segundas en ser atendidas. Se van rápidamente porque tienen que dar la cena al nieto. "Es muy simpático", afirman con rotundidad.

Ratas, colapso en la parada de autobuses, problemas de alcantarillado y los eternos excrementos de animales domésticos en la calle son las cuestiones que hacen llegar al alcalde a través de estos encuentros directos a los que Soler acude cogiendo el autobus en la parada más cercana a su casa.

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