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Twitter corona a Sarah Brown

La esposa de Gordon Brown tiene 775.000 adictos seguidores en la Red

Si Twitter tiene algún valor para calibrar la popularidad de las personas, Sarah Brown, la mujer del primer ministro británico, se acaba de convertir en la principal celebridad del Reino Unido. Con más de 775.000, y subiendo hora tras hora, Sarah ha superado limpiamente al actor Stephen Fry, que sólo cuenta con 769.455 adictos que siguen sus comentarios en la Red.

La popularidad de la señora Brown contrasta con la creciente desafección de los británicos hacia el trabajo que su marido, Gordon, está haciendo al frente del Gobierno. Sarah tiene casi cinco veces más seguidores en Twitter que militantes tiene registrados el Partido Laborista. Y, aunque está aún a mucha distancia de los casi 1,4 millones de usuarios apuntados a @downingstreet, el twitt del Gobierno británico, su popularidad en la Red es incomparablemente superior a la del extravagante alcalde de Londres, Boris Jonson, que cuenta con 47.000 nada despreciables seguidores en Twitter.

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La popularidad de Sarah Brown no sólo se refleja en la Red. Los diarios más próximos a los conservadores, como el Daily Mail y el Daily Telegraph, le han dedicado numerosos artículos elogiosos. El más bamboleante The Times, que apoyaba en tiempos a Tony Blair pero es muy crítico con Gordon Brown, también se ha apuntado al fenómeno Sarah. Y hasta The Sun, que machaca un día tras otro al primer ministro, sigue adorando a su mujer.

Otras cónyuges de primeros ministros han tenido menos suerte en el pasado. En especial Cherie Blair. Admirada como Cherie Booth, su nombre profesional y de soltera, ha sido durante años objeto de mofa por los medios británicos, que han sabido explotar con crueldad el contraste entre la seguridad de Cherie como abogada de los pobres y la inseguridad de la Cherie obsesionada por su imagen como esposa del primer ministro.

Quizás una de las explicaciones está en que Sarah ha sido siempre más discreta que Cherie. También ha podido ayudar el alto nivel de encarnizamiento con el que tradicionalmente han tratado los medios al hosco Gordon Brown: quizás eso ha permitido realzar los aspectos positivos de ella.

Sarah Brown, esposa del primer ministro británico.
Sarah Brown, esposa del primer ministro británico.REUTERS

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