Intento fracasado de modernización
"Los órganos del partido tienen graves dificultades para abordar el seguimiento sistemático de las políticas de las instituciones". "En la práctica, son los representantes institucionales quienes establecen los objetivos y el hilo estratégico de los grandes temas políticos". El diagnóstico-confesión corresponde a la ponencia de organización del PNV en 2007. Las anticuadas incompatibilidades se han convertido en un impedimento funcional y un factor que juega contra el objetivo original de la bicefalia: garantizar la primacía del partido sobre sus cargos institucionales.
El intento de cambiar el sistema de incompatibilidades que encierra a los líderes del PNV en Sabin Etxea fracasó en la última Asamblea, la que eligió presidente a Iñigo Urkullu hace casi dos años. En estos momentos, el principal perjudicado es justamente el líder del partido, ya que otros miembros de la ejecutiva nacional, entre ellos los tres presidentes territoriales (Iñaki Gerenabarrena, Joseba Egibar y Andoni Ortuzar) sí tienen escaño en la Cámara al habérseles levantado de forma individual el veto interno.
La propuesta fue defendida por la entonces miembro de la ejecutiva Josune Ariztondo, pero sufrió un revolcón, altamente significativo por lo que indica de conservadurismo organizativo, en la sesión plenaria decisiva. Ésta tumbó los dos aspectos que la mayoría de Urkullu perseguía con más ahínco: hacer más visibles social e institucionalmente a los cargos internos y reforzar a la ejecutiva nacional frente a las territoriales.
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