Los empresarios de la fresa buscan mil jornaleros locales
La Junta ofertó 2.582 puestos a 13.500 desempleados, pero no se cubrieron
La búsqueda de 1.000 jornaleros en Huelva para la siembra de frutos rojos -fresa, frambuesa y arándanos- que comenzará a principios del mes de octubre trae de cabeza a empresarios, sindicatos, municipios y administraciones. Aunque 1.000 vacantes no parecen muchas, dado que el número de temporeros necesarios es de 11.000, el hecho de que se ofertaran 2.582 puestos a 13.500 desempleados y sólo se cubrieran 1.500 arruinó las previsiones de la Delegación Provincial de la Consejería de Empleo, que había asegurado dos semanas antes que conseguirían tres candidatos por vacante.
Al final, sólo se llegó a 1,18 por puesto y, a día de hoy, todavía quedan 1.000 empleos por cubrir. La Administración autonómica asegura que "el cupo está prácticamente cubierto" para evitar el "efecto llamada". Pero surgen preguntas: ¿Por qué las personas en paro no aceptaron los puestos agrarios? ¿Es cierto que, como señalan los alcaldes de los municipios, no les llegó la oferta? ¿Se va a apostar por temporeros nacionales?
En total, se necesitan 11.000 temporeros para esta campaña
Los trabajadores reciben un salario de entre 35 y 38 euros al día
El proceso de captación de desempleados, impulsado por la Junta de Andalucía, se llevó a cabo a través de sesiones de intermediación organizadas en Cartaya, Valverde del Camino, Almonte, Palos de la Frontera, Aracena y Huelva entre el 7 y el 11 de septiembre.
Los datos hablan por sí solos: Los empresarios estiman que necesitarán unos 11.000 temporeros. De ellos, ya cuentan con 8.500 procedentes de campañas anteriores -nacionales (5.500) y miembros de la Unión Europea (3.000)-. La Consejería de Empleo se puso en contacto -por carta y teléfono- con 13.500 residentes de la provincia, 9.627 inscritos en el Sistema de Gestión de Empleo Agrario (GEA) y 4.000 pertenecientes al Régimen Especial Agrario (REA). De esos 13.500, sólo 6.000 aceptaron la citación aunque, finalmente, se presentaron a las sesiones 3.060. Tras las entrevistas oportunas, se contrató a 1.500 parados. Demasiado poco. Siguen faltando mil trabajadores.
Desde la Subdelegación del Gobierno en la provincia de Huelva, en común acuerdo con alcaldes, sindicatos y empresarios, insisten en que el cupo de temporeros se obtendrá "con casi toda seguridad" de la mano de obra local. "Muchos no se han enterado de las sesiones, ya que estaban participando en otras campañas como la aceituna", declara Santiago Lepe, secretario general del sindicato provincial agroalimentario de CC OO de Huelva.
En el mismo sentido se pronuncia Juan Antonio Millán, presidente de Comisión Onubense de Municipios con Inmigración: "Se ha dado la sensación de que la gente no quiere trabajar. Eso es falso. Los de aquí sí quieren ir a la plantación, hay gente más que de sobra". Todos reconocen que se quiere evitar a toda costa el temido "efecto llamada". Varias localidades de la provincia albergan asentamientos ilegales de inmigrantes que ya se quedaron sin ocupación en la campaña pasada. Sin embargo, fuentes oficiales reconocen que, si no se consiguiera pronto, "se tendría que recurrir a la contratación de 300 o 400 personas de fuera". La Junta de Andalucía también ha apuntado a un mínimo de contratación en origen e incluso desempleados de otras comunidades autónomas que quieran desplazarse a la provincia.
Freshuelva, asociación empresarial mayoritaria, deja una puerta abierta a la participación de los inmigrantes. Todos ellos, eso sí, con contrato en mano. "Por favor que no venga nadie sin trabajo garantizado, no encontrarán nada", insisten desde el sindicato Comisiones Obreras.
La plantación de frutos rojos tiene una duración de entre 20 y 30 días. La primera fase de la frambuesa ya ha comenzado. Los jornaleros dedican 39 horas a la semana, de lunes a sábado, incluido. En total, unas seis horas y media diarias. Reciben de 35 a 38 euros al día, es decir, un sueldo aproximado de 840 mensuales.
Durante la pasada campaña, participaron en Huelva 2.500 inmigrantes de origen marroquí, casi todas mujeres, y otras 1.100 braceras de Europa del Este.
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