La marcha verde del automóvil
El Salón de Francfort refleja la carrera ecológica de las marcas de coches - Llega una nueva oleada de versiones de bajas emisiones, modelos híbridos y hasta superdeportivos eléctricos
El graffiti al poder. Si la imagen y el diseño se habían convertido en valores clave para triunfar en el mercado, el Salón de Francfort (hasta el 27 de septiembre) confirma que la fiebre ecológica del automóvil ha roto principios hasta hace poco intocables. Los diseñadores que hace cinco años dibujaban los modelos que ahora ven la luz no podían imaginar que se presentarían manchados con siglas químicas y números que destacan consumos y emisiones.
La revolución verde que vive el automóvil está cambiando muchas cosas. A primera vista puede parecer que los activistas de Greenpeace tenían razón cuando acusaban a la industria de no lanzar modelos más ecológicos. En realidad, el problema era que los clientes no aceptaban sus carencias en prestaciones y mucho menos pagar más por contaminar menos. El panorama ha cambiado rápidamente, haciendo saltar por los aires ese círculo vicioso para convertirlo en virtuoso. Por un lado, la escalada de precio del petróleo está castigando el bolsillo de los compradores de coches grandes y gastones. Pero la clave ha estado, sobre todo, en que los Gobiernos han hecho por fin sus deberes -el español ha sido, al menos en esto, uno de los pioneros- rebajando los impuestos de los coches más limpios y penalizando los más contaminantes. Así, tener los modelos más eficientes es ahora un arma comercial clave: rebaja los impuestos y permite vender más barato que la competencia. A partir de ahí se ha desatado una lucha feroz por copar los primeros puestos en la parrilla de salida de la gran carrera del coche amigo del medioambiente, que tiene como meta el automóvil de emisiones cero.
En el Salón de Francfort se ven ya las primeras vueltas de esta competición. Si hace sólo un par de años gastar menos de 4,5 litros y no pasar de 120 g/km de CO2 era casi patrimonio de híbridos como el Prius, ahora son legión los modelos convencionales que bajan de 100 gr/km y 3,5 litros, e incluso de 90 g/km. Y no se trata sólo de minicoches como el nuevo Smart CDi (3,4 litros y 88 g/km); hay utilitarios amplios como el Polo 1.2 TDi de 75 CV (3,3 litros y 87 g/km) y familiares medios como los Golf, León y Focus (99 g/km y 3,9 litros); incluso berlinas deportivas como el BMW 320 d de 163 CV (4,1 litros y 109 g/km) y versiones de algún todoterreno, como el VW Tiguan, que bajan de 140 g/km. Todos incluyen Start&stop, el sistema que para el motor en los atascos y que se está implantando masivamente. Pero, aparte de los llamados ECO convencionales, se generalizan los híbridos -con apoyo eléctrico- en los más grandes y sigue el avance imparable de los eléctricos puros (ver recuadros).
El prototipo Vision evoluciona el frontal de BMW. Motor 1.5 diésel y dos eléctricos (356 CV). Gasta 3,7 litros.
'Purasangres' con chispa
Los fabricantes no quieren perder la imagen y los jugosos beneficios que aportan los superdeportivos, pero la única solución, al menos a medio plazo, es electrificarlos. En Francfort se mostraron los primeros prototipos basados en purasangres, algo impensable hace sólo un año que ya se hecho realidad.
Impacta el imponente BMW Vision Efficient (foto izquierda). Con un pequeño motor 1.5 diésel y dos eléctricos rinde 356 CV y alcanza 250 km/h. Pero gasta sólo 3,7 litros (98 g/km de CO2). El Mercedes SLS reinterpreta el mítico 300 SL (1954), conocido como alas de gaviota por la apertura de las puertas. El nuevo, con motor V8 (571 CV), saldrá en 2010, y en 2013 llegará un SLS eléctrico de 525 CV y 200 kilómetros de autonomía.
Audi muestra también el prototipo e-Tron, que rinde 313 CV y puede recorrer 248 kilómetros con sus baterías. Aston Martin en cambio, apuesta por el sentido práctico en sus superdeportivos. El Rapide (2010), rival del Porsche Panamera, tiene cuatro puertas y cuatro plazas.
Maná para Almussafes
José Manuel Machado, presidente de Ford España, sonreía exultante en Francfort. Y es que lo que hace poco hubiera pasado despercibido, ahora es noticia, y de las buenas. La marca ha confirmado que la factoría valenciana de Almussafes producirá en exclusiva los nuevos C-Max y Grand C-Max. La alternativa de Ford a los Picasso, Scénic, Zafira y otros monovolúmenes medios saldrá a finales de 2010.
No será una lluvia de millones, pero permitirá mantener muchos empleos que estaban en peligro cuando se jubile el actual Focus: tener el trabajo asegurado los próximos cinco años se ha convertido en un sueño para la mayoría de los españoles. "Con este coche, podemos mantener la producción actual (285.000 vehículos), pero si el mercado tira y tiene el éxito que esperamos, podríamos pasar de 400.000 y recuperar el tercer turno. Además, supone un gran paso adelante, porque es el modelo de más valor que hemos fabricado nunca", aseguraba Machado.
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