_
_
_
_
_
Reportaje:

Atracados por huida del patrón

Tres marineros malviven en un barco que debe dos multas en Algeciras

Un barco tiene muchas maneras de naufragar. Y una de las peores es en tierra, anclado por las deudas y la huida de patrón y la desaparición del armador. Ésa es la situación del remolcador de bandera libanesa Master y tres de los miembros de su tripulación, dos nacidos en Líbano y uno en Siria, que desde el pasado 29 de agosto está atracado en aguas de la bahía de Algeciras (Cádiz) a la espera de que algún responsable de la empresa armadora haga frente a los pagos de las dos fianzas de 20.000 euros cada una que ha impuesto Capitanía Marítima. Desde que el patrón y dos marineros escaparan a su país tras conocer las sanciones, estas tres personas malviven ahora sin luz eléctrica y con la ayuda de Cruz Roja para poder comer.

El Master remolcaba a la gabarra Sabine desde Trípoli a Sierra Leona, pero tuvo que interrumpir su travesía en el Estrecho a causa del mal tiempo y su mermada capacidad para navegar. "Se especula con que fue el temporal de viento de Levante, el que obligó al barco a refugiarse en la zona de la Ensenada de San García", aseguran fuentes de la Capitanía Marítima del puerto de Algeciras.

"Múltiples deficiencias"

Pero no habían pedido permiso para el fondeo y la inspección que, dos días después, realizaron la Guardia Civil y Capitanía se saldó con la doble multa por, según asegura el capitán marítimo, Alfonso Marquina, "las múltiples deficiencias tanto técnicas como higiénicas, que padecen ambos barcos". "Hemos subido a bordo, mantas y alimentos de primera necesidad como leche o pan", asegura el portavoz de Cruz Roja, Salvador Pancorbo.

La renuncia de la consignación del buque por parte de MH Bland, la empresa que fue nombrada para tal fin, el 31 de agosto pasado, dificulta a Capitanía Marítima los trabajos de localización de los representantes del barco. "La poca documentación que poseen los marineros a bordo, se encuentra escrita en árabe y tras contactar con las autoridades marítimas libanesas nos han comunicado que tanto el remolcador como la gabarra que transporta, no constan en su registro de buques", señala Marquina.

La situación no tiene ni una arista positiva para tres trabajadores que se encuentran sin patrón, a bordo de un barco que no reúne las condiciones higiénico-sanitarias pertinentes y sobre el que pesa una sanción total de 40.000 euros, a la que hay que hacer frente para poder volver a zarpar.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_