Navarro y Pau ponen las cosas en su sitio
España asfixia a Polonia y ratifica su mejoría en el momento crucial: hoy se enfrenta a Francia, la única invicta, en los cuartos de final
España convirtió en un paseo el partido en el que se jugaba el pase a los cuartos de final. Hoy mismo (21.00, La Sexta), en Katowice, se enfrenta a Francia con la clara conciencia de haber dado por fin con la tecla, consciente de que lo esperado era esto. Que un rival de medio pelo no pudiera decir esta boca es mía, que Polonia no diera para mucho más que algún escarceo, que Pau Gasol se merendara a Gortat, que Navarro las enchufara, que el juego español volviera a fluir a chorros como tantas veces sucedía desde que está en manos de la generación del ochenta.
El aluvión de canastas, transiciones a toda pastilla y combinaciones certeras que puso en práctica el equipo de Sergio Scariolo disipó cualquier asomo de drama. Contó con la inestimable producción de una pareja demoledora, dos clásicos en la materia, Pau Gasol y Navarro, que cuando están en vena de aciertos arrollan al más pintado. El primero dentro de la zona y el segundo desde el exterior (7 de 9 en triples) machacaron a los polacos, incapaces de defenderles.
Polonia 68 - 90 España
1º CUARTO 14-23
2º CUARTO 12-19
3º CUARTO 20-29
4º CUARTO 22-19
En ningún momento cundió el pánico. Gentileza del rival, se podrá deducir. Pero eso, la debilidad del rival, no decide por sí solo. Basta repasar lo que ocurrió ante un tercera división como Gran Bretaña, cuando a punto estuvo España de hacer las maletas de tan mal como jugó. O ante Serbia, el primer día, cuando no hubo la más mínima opción al triunfo. Pero el equipo de Scariolo parece haber dejado atrás la tempestad: las lesiones, la torpeza supina que caracterizó su juego en los primeros partidos, las dudas en la composición de algunos de sus quintetos en pista, la ceguera en la lectura del juego, la perplejidad por algunas decisiones estratégicas, los errores a mansalva, desde los tiros de campo pasando por los tiros libres hasta las pérdidas de balón.
La recuperación se produce en un momento crucial. No hay tiempo para nada. Si España pierde ante Francia, deberá hacer las maletas. Entra dentro de lo posible porque los franceses cuentan con un buen equipo, legitimado para aspirar a todo. Sucede que, si el equipo español continúa con la chispa que por fin ha dejado ver ante Lituania y Polonia, podrá volver a soñar con la medalla de oro.
La diferencia empezó a plasmarse desde el minuto uno. Los polacos no lograron ni un pequeño respiro: algún tiro del escolta Logan, nacido en Chicago y recién nacionalizado, algún movimiento de Gortat en la zona, pero nada que tuviera cierta continuidad o le hiciera realmente daño a la defensa española. Pau Gasol empezó marcando la línea y todo el equipo le siguió la corriente. Navarro estuvo demoledor. Hasta el punto de que en el minuto 25, cuando entre ambos habían anotado 43 puntos, cinco más de los que sumaba Polonia (38-58), Scariolo decidió sentarlos. De tan bien que estaban, no era su partido. Mejor dosificar las fuerzas. No se notó demasiado. El resto del equipo mantuvo un nivel excelente y consiguió incluso que algunos de los jugadores más necesitados de mejorar su nivel, caso de Marc Gasol o Mumbrú, se sumaran a la fiesta.
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