De rey de la noche catalana a hijo predilecto de Samos

Empresario "del ocio" en Barcelona desde hace 25 años, Jaime Veiga (de 47) no quiere que su caso se equipare al del constructor porque cree que su "sentimiento" es "muy diferente" y porque, por su profesión, es más lógico que él promueva espectáculos. "En las actuaciones que llevo a mi pueblo, nunca cobré entrada y nunca lo haré. Lo mío viene estrictamente de la morriña. Es una cuestión de raíces. Me muevo sólo por el corazón".

Después de una década organizando la fiesta de Santa Bárbara en Lampazas, un núcleo con cuatro casas, Veiga es ya hijo predilecto de Samos, y este año la Generalitat le ha dado un premio "a la mejor trayectoria profesional". En Barcelona, el Grupo Veiga posee una docena de discotecas (la más famosa es Mil Pasos) y un local de copas histórico, el Peppermint, la primera adquisición que realizó en la ciudad. Dentro de dos años, el Peppermint celebrará su medio siglo de vida y los 25 años que lleva en manos del gallego. Veiga dice que Santa Bárbara le cuesta "varios miles de euros", pero no concreta. "Si la gente está de tu parte, se abaratan muchos costes. Yo no le pido nunca nada a la Administración, la propia gente de Samos se encarga de la seguridad, el aparcamiento y esas cosas", afirma.

En 2002, trajo a David Civera por 15.000 y la fiesta alcanzó su techo de público (12.000 personas). Este año cantaron Soraya y Los Limones. Contrató a la extremeña "doce meses antes de que fuese seleccionada para Eurovisión", cuando su caché aún no se había inflado. Luego resultó que quedó en los últimos puestos, y a Lampazas fueron sólo 4.000 personas. "Yo juego a la lotería. Contrato en enero y febrero, cuando todavía no se sabe si triunfará el disco. Consigo todo a mitad de precio. En enero volveré a ver lo que despunta barato antes de anunciar quiénes van a cantar en Lampazas".