Más de 5.000 personas se manifiestan contra Cerezo y Gil Marín
El amplio despliegue policial y los nubarrones negros que amenazaban en el cielo no impidieron que más de 5.000 aficionados del Atlético se manifestasen pacíficamente contra la gestión de los dueños del club una hora antes del partido. Pese a no contar con la aprobación de la Delegación de Gobierno, la concentración dio casi una vuelta alrededor del Calderón tras surgir espontáneamente a través de internet. Una docena de policías a caballo, secundados por muchos más agentes a pie, impidió que los seguidores críticos con el consejero delegado, Miguel Ángel Gil Marín, y el presidente, Enrique Cerezo, se amontonasen en la puerta cero, la que da acceso al palco. A Collar, una de las leyendas de la entidad, le costó un minuto hacer entrar en razón a un policía para que le dejase pasar a la zona noble.
Aunque las fuerzas de seguridad dividieron a los hinchas en los aledaños de la M-30, las dos mitades se terminaron encontrando en medio de un ambiente colorido y tenso en el que la marea rojiblanca despotricó de lo lindo. "¡Gil Marín culpable, Cerezo marioneta!", "¡primero fue Marbella, ahora el Calderón!" o "¡soy del Atleti, no gilipollas!" fueron algunas de las proclamas más jaleadas. La movilización contó con todo el espectro social rojiblanco, desde padres de familia a habituales del Frente Atlético. Aunque la pañolada contra el Consejo nunca llegó, el fondo sur desplegó una pancarta a los 15 minutos dedicada a Cerezo, reconocido empresario cinematográfico: "Presidente, no nos cuentes películas". Poco después, la aparición momentánea del letrero "El productor del destape nos deja en pelotas" desencadenó una pelea entre aficionados afines y contrarios al palco que no tuvo mayores consecuencias.
Fue la única nota violenta de una jornada en la que el bochorno ante el Racing enrabietó más si cabe a la grada. Mientras, circunspecto, un aficionado recogía su dedicatoria al director deportivo, Jesús García Pitarch, muy criticado por el traspaso de Heitinga cuando el Atlético ya no podía hacer fichajes: "¿Dónde estás Pitarch? ¿Sigues de vacaciones?".
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