Acaban tres meses de tormento
La línea 6 del metro reabre el lunes con un nuevo cableado para evitar averías
El mecánico lo tiene claro. "Uy, eso habrá que revisarlo antes de abrir, seguro". Subido a una locomotora con un montón de periodistas, mira al techo y tuerce el gesto. No se fía de la instalación. No es por nada. El instante resultó fotogénico, pero no dejan de ser manos inexpertas.
En concreto, las del alcalde Alberto Ruiz-Gallardón y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Los dos se subieron a una resina (el tren que se emplea para reparaciones) y ajustaron ayer la última pieza de la nueva catenaria rígida (el soporte con el cable que transmite la energía) que recorre entera la línea 6 de Metro, la circular.
Con su gesto de curritos momentáneos ante las cámaras -y la revisión que prevé el técnico- acaba parte de la remodelación de una de las líneas más antiguas y castigadas del suburbano, por la que cada día pasan más viajeros que por ninguna otra: 320.000 personas. El lunes reabre, después de un corte que ha durado tres meses, la nueva circular. Tendrá 47 kilómetros de cable (23,5 por cada sentido) patentado por Metro y con el que esperan reducir de forma drástica las averías. La propia Aguirre recordó ayer, sobre un atril en mitad del túnel, que la línea 6 fue "la que más problemas dio" entre 2006 y 2007.
No existe una estimación concreta de cuánto se pueden reducir las averías con la remodelación, según un portavoz de Metro. Pero hay indicios. En otras líneas donde ya se ha instalado la catenaria rígida, la 3 y la 8, la incidencia por fallos en la conducción es "prácticamente nula". Y no es el único cambio.
Un equipo de 80 trabajadores se empleó día y noche para renovar el carril y los tacos de la vía con el fin de evitar vibraciones y cambiar la iluminación. También se han renovado los techos y paredes de estaciones como Oporto y Nuevos Ministerios. Ha costado 27 millones de euros, financiados a medias por la Comunidad y el Ayuntamiento.
Habrá 30 trenes nuevos para 2011, cuando estará implantado el último arreglo, ya en pruebas en algunos trenes. El Control de Trenes Basado en Comunicaciones (CBTC, en sus siglas en inglés) es un sistema de supervisión remota de los vehículos, que ha costado 104 millones. Permitirá aumentar el paso de 44 a 58 trenes cada hora. O lo que es lo mismo, un tercio más de viajeros hasta superar los 34.000.
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