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Reportaje:

"Entendimos bien el partido"

Del Bosque, satisfecho por haber controlado las contras belgas, que le preocupaban

Siete de siete, sólo tres partidos por jugar en la fase de clasificación, una nueva exhibición de poder y fútbol y España aún no está en el Mundial. A Vicente del Bosque ya le tarda. "Es una pena. Podemos ir a Armenia sin tener asegurada la clasificación", lamentaba tras el partido. Así las cosas, para estar en Suráfrica en junio, España precisa sumar cuatro puntos entre los dos próximos encuentros, el primero el miércoles en Mérida, ante Estonia, y el segundo el 10 de octubre en terreno armenio. La misión parece sencilla, pero puede quedar resuelta en tres días si al presumible triunfo ante los estonios le acompaña un tropiezo de Bosnia en su duelo contra Turquía, que está al borde del abismo, en Sarajevo. "Parece que el grupo es fácil porque lo hemos ganado todo, pero hemos sufrido en muchos partidos: en Turquía y en Bélgica, donde sacamos victorias muy trabajadas", sostuvo el técnico salmantino, que incluso ayer vio problemas. "Nos ha costado mucho ganar. El primer tiempo fue complicado, pero entendimos bien el partido. Nos viene bien una victoria así. Jugamos por dentro y fuera. Controlamos sus contras, un aspecto que nos preocupaba", explicó.

Silva: "El curso pasado viví un calvario con las lesiones. Ahora estoy muy bien"
Villa: "Me fastidió el penalti [fallado]. El portero lo sacó con la punta del pie"

El triunfo dejó satisfecho a Del Bosque, que sorprendió al dar cancha a Busquets. No parecía probable que el mismo futbolista que dio el salto de Tercera a la élite sin inmutarse se achatara ante el reto. Por eso el seleccionador intuía que apostaba sobre seguro. "No quisimos arriesgarnos con Senna y, además, Fellaini es un coñazo de jugador. Busquets fue vital porque resolvió ese problema con sencillez", apuntó.

Fellaini y las presuntas estrellas belgas pasaron de puntillas por Riazor, que asistió al reencuentro de algunos futbolistas con su mejor versión, la que mostraron en la Eurocopa. Por ejemplo, Silva, que marcó dos goles y lideró al equipo: "El curso pasado viví un calvario con las lesiones y ahora he hecho una buena pretemporada y me encuentro muy bien". Cerca de él, Villa, su compañero en el Valencia, describía las sensaciones contrapuestas que vivió. Nada más llegar a A Coruña, le recordaron que llevaba tres partidos sin marcar con la selección. Se lo tomó como un halago. Ayer falló un penalti y, por momentos, pareció deprimido, meditabundo y poco participativo en la banda izquierda. Allí le había confinado Del Bosque en aras del equilibrio táctico y desde ese flanco supo redimirse con un gol, el segundo de España, y poner de nuevo el contador a cero. "Me quedé un poco fastidiado porque el penalti estaba bien tirado. Lo mandé al centro y el portero se venció, pero lo sacó con la punta del pie. Fue mala suerte, aunque, al final, marcamos cinco goles con justicia porque creamos ocasiones para hacerlo", relató tras la ducha. Al margen de los goles, a Del Bosque le gustó su trabajo en la zurda. "Villa fue disciplinado y gracias a su trabajo aprovechamos para abrir el campo y que tanto Xavi como Xabi Alonso tuvieran más espacios para jugar por dentro".

Resignado, el seleccionador belga, Frank Vercauteren, digirió la derrota sin mayores traumas: "España fue demasiado fuerte para nosotros. Casi no hubo partido". Luego, comparó el equipo de Del Bosque con el que él superó en el Mundial de 1986. "El de ahora es muy completo, pero el de entonces también". Riazor lo festejó.

"Ahora nos vamos a Extremadura, donde también hace tiempo que no juega la selección y seguro que también tendremos un gran apoyo", auguró Del Bosque. Al menos en A Coruña se han movido entre continuos vitores. Llegado desde Milán exclusivamente para presenciar el partido, Luis Suárez, coruñés y único balón de oro español, recordaba los abucheos y los silbidos que sufrió cuando era el seleccionador y se le ocurrió hacer debutar en Riazor a Minguela y Fernando Hierro, ambos pilares de un Valladolid que acababa de litigar una dura semifinal copera contra el Deportivo. Aquel desapego es historia porque España gana, gusta, convence y despierta pasiones que destierran los localismos.

Silva, tras conseguir un tanto.
Silva, tras conseguir un tanto.AFP

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