Entierro íntimo para un ídolo de masas
Familiares y pocos rostros conocidos en el último adiós a Michael Jackson
Su muerte acaeció de improviso hace más de 70 días y su legado fue celebrado de forma multitudinaria hace casi dos meses, el 7 de julio, en un funeral de cuerpo presente abierto a las cámaras de todo el mundo. Sin embargo, Michael Jackson, el rey del pop, no llegó a su última morada hasta la tórrida noche del jueves (madrugada del viernes en España). Un largo adiós que hasta su entierro fue tan público y lleno de escándalos como lo fue su vida. Su muerte ha sido considerada homicidio, se esperan cargos contra el médico que supuestamente le inyectó esa última dosis de propofol, poderoso anestésico que acabó con su vida. Y la procedencia de sus tres hijos, Prince Michael, Paris y Prince Michael II, más conocido como Blanket, es motivo de continuos rumores sobre quién es el verdadero padre.
Pero finalmente el entierro le dio a Jackson la intimidad que tanto buscaba, ese último sueño en la tranquilidad del Parque Forest Lawn de Glendale, al norte de Los Ángeles, un cementerio que ni tan siquiera utiliza esa palabra en su nombre. Allí fue despedido por unas 200 personas, un grupo reducido de familiares y amigos íntimos, en el que hubo pocos rostros conocidos. Allí estuvieron Liz Taylor, a sus 77 años en silla de ruedas, Macaulay Culkin, Kenny Ortega y Thomas Mesereau, el abogado que le defendió durante el juicio contra Jackson por abuso de menores y en el que fue absuelto. Una ceremonia privada y austera, en la que Gladys Knight interpretó salmos religiosos y otros temas más populares como Never can say goodbye. Sin prensa ni fans, aunque filmada para el recuerdo de la familia.
Igual de privada, aunque nada austera, será esta última morada de Jackson, que parece seguir al dedillo su gusto por el rococó. El intérprete de Thriller quedó enterrado en una de las criptas del Gran Mausoleo, un impresionante edificio de mármol y granito, con réplicas a tamaño real del David y el Moisés de Miguel Ángel, así como una vidriera con La última cena de Leonardo da Vinci. Aunque se especuló con la posibilidad de que Jackson fuera inhumado en su rancho, Neverland, la matriarca de los Jackson, Katherine, escogió el Parque Forest Lawn. Además de los problemas legales que suponía el entierro en Neverland, la madre del intérprete quiso respetar el deseo de su hijo, que nunca quiso regresar al rancho que tanto había amado, pero que en su mente había sido mancillado por las acusaciones de pederastia. Además de la proximidad, la otra razón para escoger este lugar son sus severas restricciones de acceso. Aunque el cementerio está abierto todos los días y recibe una media de un millón de visitas al año, al Gran Mausoleo sólo pueden acceder familiares y personas autorizadas. La misma tranquilidad de que disfrutan estrellas como Clark Gable o Humphrey Bogart en esta cripta. Todos esos que, como se leía en una pancarta gigantesca y sujetada por docenas de seguidores de Jackson a la puerta del Parque Forest Lawn de Glendale, "se marcharon demasiado pronto".
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