FINAL DE ARROZ CON SETAS
Se acaba el verano y a los males propios de la situación (ese decidido e irrevocable "lo dejo todo y me quedo aquí en la playa de hippie, vendiendo pulseras y haciendo colgantes con escrotos de cangrejo" hasta que recuerdas que eres alérgico al marisco), se añade la pereza culinaria. ¿Para qué cocinar ya, si la vida no tiene sentido? Si pronto todo será gris, aburrido y con jefe. Pero bueno, no te dejes llevar por la desesperación (o sí, pero que no te quite el hambre) y mantengamos la calma. Saca los pies del agua, suelta el cubito y la pala a los que te aferras con desesperación (que además no son tuyos, que se los has quitado a un niño despistado y ahora te mira con odio) y disponte a despedir el verano heroicamente. Como Aquiles ante Troya. Con un arroz con gambas. Sencillito de hacer, eso sí. Pero con setas, que nos recuerden que no todo es triste en invierno. Venga, que yo te paso la receta. Que sé que no es fácil asumir que esto se acaba y ver perderse por el horizonte bandadas de muchachas melancólicas, que se pasaron el verano distantes y enfrascadas en sus libros, y ahora se van. Y arrepentirse, ya sin remedio, de no haberlas interrumpido, aunque fuera un momento, para decirles lo que sentías por ellas. Tan idiota como todos los años. Desde muy pequeño.
- Ingredientes: 3 vasitos de arroz para microondas, un envase de salsa de setas Fungi porcini de la marca Rana, 8 gambones, un par de dientes de ajo, sal, perejil y aceite de oliva. Opcionalmente, un poco de queso rico para rallar.
- Preparación: en una sartén amplia ponemos los dientes de ajo picaditos a dorar un poco. Cuando empiecen a coger color, añadimos los gambones pelados y dejamos que se nos hagan también un poco, removiendo bien. Es el momento de añadir el arroz de los vasitos (previamente descompactado en un bol para que nos sea más fácil), ponerle un poco de sal y dejarlo 3 o 4 minutos, removiendo adecuadamente, para que se haga todo por igual. Llegado este momento, agregamos la salsa de setas, mezclamos y lo dejamos otro par de minutos en la sartén removiendo bien. Finalmente, lo servimos en el plato, espolvoreamos con un poco de perejil y, si queremos, lo cubrimos con un poco de queso rallado rico y un hilillo de nuestro mejor aceite. El verano se va a acabar lo mismo, pero va a dejarte mucho mejor sabor de boca.
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