Isidor Cònsul, el editor que amaba a Jacint Verdaguer
Empezó en la docencia y entró en el mundo editorial con obras didácticas
Crítico literario y, sobre todo, editor, uno de los más significativos de las letras catalanas modernas. Isidor Cònsul (Bellpuig d'Urgell, Lleida) falleció ayer a los 61 años a causa de un cáncer de pulmón que padecía desde hacía casi dos años. El funeral será mañana sábado a las 12.30 en el tanatorio de Les Corts de Barcelona.
Cònsul era ahora asesor editorial del Grupo 62, al que pertenecen los sellos en catalán Proa y Pòrtic, de los que había sido editor con anterioridad. Precisamente fue la enfermedad la que le hizo jubilarse hace unos tres meses del cargo de director literario de Proa -sello del que lideró su expansión-, responsabilidad que transmitió a Josep Lluch.
Como editor tuvo especial interés en dar voz a autores catalanes de distintas procedencias -desde Andorra a Baleares-, o que eran extranjeros a la, también presente, vorágine literaria barcelonesa. Los que le conocieron bien en su faceta profesional recuerdan cómo siempre tuvo claro que en el mundo de la edición tan importante es el proyecto empresarial como el cultural.
Textos para inexpertos
Cònsul empezó su amor con las letras catalanas desde la docencia, en bachillerato y en la universidad. Después ejerció la crítica literaria en diferentes medios de comunicación (Avui, El Temps y Serra d'Or). Pero fue su perfil didáctico el que le hizo entrar en el mundo editorial. En la editorial La Magrana construyó la colección Eines, que permitía acercarse a los grandes textos de la literatura catalana sin ser un experto, y que resultó muy apta para estudiantes. Dicha colección y la idea que la había hecho nacer se las llevó Cònsul a Proa. El éxito y la seguridad de las obras didácticas permitieron que la editorial encajara sin grandes problemas económicos la apuesta por autores de calidad que daban profundidad al catálogo, como Joan Francesc Mira, Carme Riera o Jordi Coca, y apostar por valores jóvenes cómo Sebastià Alzamora o Bartomeu Fiol.
Su obsesión era la literatura catalana del siglo XIX, y por encima de todo la obra del poeta Jacint Verdaguer, el hombre clave de la Renaixença, el fenómeno cultural que a finales del siglo XIX devolvió el vigor a la lengua y cultura catalanas. Sobre Verdaguer publicó su primer ensayo en 1986: Jacint Verdaguer. Història, crítica i poesia. El mismo año editó una antología del poeta y en 2003 escribió la biografía Perfils de Verdaguer. Cònsul también deja una interesante obra autobiográfica, como el dietario Cinc estacions. En noviembre saldrá, ya de manera póstuma, su último libro, una recopilación de cuentos titulada Ànima de bolero.
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