La campaña de la fresa en Huelva prevé un descenso de extranjeros

Los trabajadores extranjeros que cada año acuden a la campaña de la siembra de la fresa y la frambuesa en Huelva, podrían quedarse este otoño sin trabajo. La crisis económica ha provocado que las Administraciones prioricen la mano de obra local para la nueva siembra que comienza en septiembre. Juan Antonio Millán, presidente de la Comisión de Municipios con Inmigración de Huelva (COMI) y alcalde de Cartaya (PSOE), lo avanzó ayer: "Creemos que no va a hacer falta mano de obra extranjera. Hay muchos parados españoles que necesitan también una oportunidad".

Los representantes de municipios y empresarios se reunieron ayer en Cartaya para analizar y respaldar medidas que prioricen la contratación de braceros locales. "Algunos trabajadores proceden de otros sectores, están desempleados y tienen que recurrir a la agricultura a falta de otros ingresos", opinó Millán. Según las previsiones de este año, de los 9.900 trabajadores que serán necesarios, unos 4.900 serán operarios locales, 2.700 provendrán de países comunitarios como Rumanía y el resto, unos 2.300, serán locales o contratados en origen, en función de la respuesta de los trabajadores españoles parados.

Hasta ahora esta última cifra de jornaleros se cubría con la llegada de extranjeros -sobre todo procedentes de Marruecos- pero este año los empresarios buscan jornaleros que ya residan en el país. Tanto el Servicio Andaluz de Empleo (SAE), como ayuntamientos y empresarios, persiguen de común acuerdo fomentar la incorporación del trabajador local. Es decir, "el peón que ya se encuentre en nuestros pueblos, sea español o extranjero", señaló Millán.

Braceros residentes

Para encontrar estos braceros ya residentes en España se han organizado sesiones de intermediación entre empresarios y trabajadores, se apoya al sistema de gestión de empleo agrario y fomenta la búsqueda activa de labores agrícolas remuneradas. Otra incógnita, añaden fuentes involucradas en la contratación, es la reacción de la potencial mano de obra local cuando sea llamada para trabajar en el campo. Mientras, la patronal Freshuelva señala otro problema añadido: este año habrá 2.000 hectáreas menos para dedicarlas al cultivo, con la consiguiente disminución de mano de obra.