Obituario periodístico
En los diez meses de 1916 que duró la batalla de Verdún, uno de los enfrentamientos más sangrientos de la I Guerra Mundial, murieron más de 250.000 personas y también nació una revista. Lo segundo no compensa lo primero, pero durante los largos ratos de ocio que los soldados pasaban en las trincheras, uno de ellos, el estadounidense DeWitt Wallace, soñó con una publicación que fuera resumen de otras, una revista que diera un vistazo rápido al mundo. Cayó herido y durante los dos meses que duró su recuperación en un hospital francés, Wallace concretó el proyecto. A su vuelta a Estados Unidos, ningún editor le hizo caso, y sólo puso en pie su imperio cuando en 1922 su esposa, Lila, le convenció para pedir tres dólares a 5.000 conocidos (antes de que existiera Facebook ya se podía tener contacto con mucha gente) como suscripción anual a su revista, de formato bolsillo, con 30 artículos -uno por día- de interés general. Los Wallace obtuvieron 1.500 respuestas positivas y así nació Reader's Digest, que para el público en castellano se convirtió, cuando apareció la edición latinoamericana en diciembre de 1940, en Selecciones del Reader's Digest. Todo esto hasta el jueves pasado, cuando la editorial Reader's Digest Association se declaró en quiebra para poder afrontar sus 1.120 millones de euros de deuda bajo supervisión judicial. La declaración de quiebra sólo afectará, según ha precisado la firma, a sus operaciones en Estados Unidos.
Durante muchos años, los españoles aprendimos cosas del mundo exterior gracias a Selecciones. Bajo su tamiz moderadamente conservador, Selecciones apoyaba una concepción vital centrada en la familia, aunque no desdeñaba el placer de lo exótico. Ente sus hitos, ser los primeros, en 1952, en hablar sobre la conexión directa entre el tabaco y el cáncer de pulmón.
Reader's Digest era una máquina de picar artículos y libros, que aparecían resumidos en una extensión asequible para el lector. Era producto de una época, un dinosaurio lento aunque poderoso. Pero entre las decenas de malas noticias sobre periódicos y revistas que han aparecido este año, la lucha por sobrevivir de Reader's Digest no puede ni debe ser sólo una más.
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