"Papá, ésta será mi vida"
Jaume Alguersuari, de 19 años, el piloto más joven en llegar a la F-1, decidió su futuro a los 16 al ganar las Winter Series
"Coge el volante y corre". Y Jaume Alguersuari lo hizo sabiendo que se estaba jugando el futuro de su carrera. ¿Cuántas veces? "Muchas", afirma; "desde que comencé en los karts hasta ahora". Ahora, el nombre de Alguersuari está en boca de todos porque hace menos de un mes, en el Gran Premio de Hungría, se convirtió en el piloto más joven de la historia en competir en el Campeonato del Mundo de fórmula 1: 19 años, cuatro meses y tres días. Desbancó en el ranking a gente tan ilustre ya como Sebastien Vettel y Fernando Alonso. Y mañana, en Valencia, en el Gran Premio de Europa, su segunda carrera con Toro Rosso, aspira ya a superar la primera tanda de la clasificación y entrar en la Q2. "Creo que puedo hacerlo", afirma.
"Es sensato, calculador, frío y muy inteligente", dice uno de sus descubridores
Su progresión, la rapidez con la que llegó a la F-1, llevó a muchos expertos a realizar una regresión y retroceder hasta 2001, cuando el piloto más laureado del automovilismo español, el bicampeón (2005 y 2006) Alonso, llegó a la máxima categoría conduciendo un Minardi. "Compararles es absurdo", asegura Santiago Porteiro, director de la escuela Porteiro Motosport y ex piloto, que les ha visto crecer y en algún momento incluso les ha ayudado a madurar. "Cuando Fernando llegó al mundo de los karts, no había prácticamente nada en España. Ahora hay una estructura mucho más amplia. Creo que son distintos. Alonso es más intuitivo y, personalmente, más intimista. Por contra, Alguersuari es más cerebral y capaz de enamorar a todo el mundo en media hora", explica.
Sin embargo, hay algo que Porteiro tiene claro: todo lo que se apunta en los karts es lo que después sale en la F-1: "Los pilotos no cambian. Y, para mí, tanto Alonso como Alguersuari eran ya los mejores en karts. Por tanto, no voy a descubrir ahora a Fernando, que es ya todo un doble campeón mundial. Pero sí me atrevo a afirmar que, si le dan tiempo, Alguersuari se mantendrá, seguro, en la F-1. Debe asentarse, coger confianza, medir exactamente hasta dónde puede llegar con estos monoplazas como ha hecho siempre, sin riesgos. Pero luego demostrará que es mejor que la mayoría de los pilotos".
La trayectoria de Alguersuari no deja lugar a dudas. Es el que posee un mejor palmarés en monoplazas a la edad de 19 años. Su progresión fue tan rápida en los karts que, cuando dio el salto, pudo permitirse ir acaparando récords de precocidad. Fue el más joven en ganar una carrera de monoplazas, con 15 años, cuando debutó en la F-Renault 1.6 y logró tres victorias en el Campeonato de Italia, en el que acabó tercero. Aquel año fue también campeón de España de karts y corrió el Campeonato IKA. Era 2005. Y fue un curso trascendente no sólo porque, a principios de la temporada, fichó por el Red Bull Junior Team, sino también por la explosión personal que produjo su entrada en los monoplazas.
Su padre, Jaime, creador de la revista Sólo Moto, del Critérium Sólo Moto, de las World Series y promotor para España y Portugal del Rally Dakar, confirmó aquella temporada que Alguersuari podía llegar muy lejos. "En casa me dicen que soy un visionario y algo de razón tienen", comenta; "en mi vida he intuido muchas cosas y he acertado en la mayoría. Vislumbré que Sito Pons sería campeón del mundo en los 250cc y que Àlex Crivillé lo sería en los 500cc. Y en 2005 me di cuenta con claridad de que Jaume podía llegar a ser campeón en la fórmula 1. Entró en la F-Renault y se mantuvo dentro del mundo de los karts. Y en ambos campeonatos sus resultados fueron brutales. Eso no lo había hecho nadie antes. Escribí un libro, Secretos confesables, para que quedara constancia".
Alguersuari tardó un año más en hacer una confesión trascendental a su familia. Tenía 16 años y acababa de levantar el trofeo de campeón de las Winter Series de F-Renault 2.0, tras imponerse en las cuatro carreras, hacer las cuatro poles positions y las cuatro vueltas rápidas, cuando sentenció: "Papá, ésta será mi vida".
Lo está siendo. Acumuló todos los récords de precocidad en la F-Renault 2.0 y en 2008 hizo lo mismo en la F-3 británica hasta dar el salto en 2009 a las World Series by Renault y a la F-1, campeonatos que sigue compaginando en la actualidad.
"Hay una gran tendencia a pensar que yo he sido fundamental en la carrera de Jaume", advierte su padre; "y es cierto que le hemos ayudado. Pero, sobre todo, lo que le hemos dado en casa, tanto a él como a su hermana, Marta, son valores: emocionales, personales, religiosos y de competitividad". Su madre, Carmen, agrega: "Siempre nos preocupamos de que practicara algún deporte. Jugó al tenis y al golf y en ambos destacó. Es un perfeccionista. Se exige mucho. De niño, era habitual que te preguntara 10 veces la misma cuestión hasta que había asumido por completo la respuesta". "Y ahora lo sigue haciendo", remacha el padre.
A los ocho años se subió a un kart y ya nunca abandonaría el volante. "Una vez, con nueve años, disputó un torneo de golf en El Vendrell y una carrera de karts en Salou el mismo día. Salió muy pronto al campo de golf y luego se fue pitando a Salou. Se perdió los entrenamientos libres, pero pudo hacer la clasificación y corrió", recuerda su madre; "siempre ha sabido lo que quería y cómo conseguirlo. Pero es muy prudente. No quiere correr riesgos innecesarios ni hacerse daño con un coche por culpa de una imprudencia. Pero es muy constante. No comienza a correr hasta que se ha situado. Puede ser muy lento en los entrenamientos libres mientras busca la eficacia. Pero después es muy rápido".
En 2003, tenía 13 años cuando Porteiro le subió por primera vez a un monoplaza. Fue en el circuito valenciano de Cheste, con un F- Renault 1.6. "El primer día que se sentó en el coche no deslumbró", cuenta Porteiro; "a todos los pilotos de karts les cuesta adaptarse porque hay muchas diferencias. Pero fue rápido y no cometió errores. Lo que más me sorprendió fue la calma con que afrontaba las cosas. Tenía una seguridad pasmosa en sí mismo. Y su inquietud por saberlo todo. A veces, cuando viajaba con él, acababa diciéndole que se callara porque era como una ametralladora preguntándolo todo".
Sin embargo, uno de los momentos cruciales en su carrera se produjo en Estoril a principios de 2005. Alguersuari acompañó a su padre a una carrera de las World Series y el circuito estaba alquilado a partir del lunes por Red Bull, que realizaba allí las pruebas para fichar a sus pilotos para el Red Bull Junior Team. El padre de Jaume habló con Helmut Marko, responsable del RBJT, para ver si su hijo podía realizar la prueba. Le dijeron que no. Por tanto, el domingo por la noche los Alguersuari se fueron a Barcelona. Pero aquella misma noche recibieron una llamada de Marko: "Se ha producido una baja. Si quieres, puedes traer a tu hijo". Jaume voló de nuevo a Estoril. Le dieron un volante y en ocho vueltas sacó más de 1,5 segundos a todos los demás participantes. Marko le puso el contrato sobre la mesa allí mismo. Eso marcó la carrera de Alguersuari porque a partir de entonces estuvo en los mejores equipos y con todos los gastos cubiertos.
Hasta entonces, su familia le había financiado en sus inicios, con una inversión de 250.000 euros en su etapa de karts, hasta que fichó por Intrepid. Tras su incorporación al Red Bull Junior Team, todo cambió: "A partir de aquel momento, Jaume dejó de pertenecer a su padre. Su futuro quedó en manos de Marko". El propio piloto se dio cuenta de la trascendencia del momento. "Si algún día me echan de este equipo, no vale la pena que os gasteis un euro más por mí. Me voy a la universidad y me olvido del automovilismo", le dijo a su padre. Alguersuari es uno de los únicos cuatro pilotos que ha permanecido cuatro años en el RBJT de los más de 150 que han pasado por el programa: los demás son Vettel, Buemi y Brendon Hartley.
"La gente puede pensar que llegan demasiado jóvenes a la fórmula 1", reflexiona Porteiro; "lo que no saben es que, aunque tengan 19 años, están curtidos en mil batallas. Conozco a Alguersuari desde sus inicios. Le he visto competir en más de 100 carreras de karts y monoplazas. Es un piloto hecho, sensato, calculador, frío y muy inteligente. No hace gilipolleces. Lo que hizo en Hungría [acabó por delante de su compañero, Buemi] estuvo bien. Pero lo superará en cada carrera. Valencia va a ser la primera".
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