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FRANCIA

El modelo imitado

Un mes antes de que se les acaben los dos años máximos de paro, los desempleados franceses reciben un correo para inscribirse en el ASS (Prestación de Solidaridad Específica). La ayuda, en vigor desde 1984, es de un plazo de seis meses renovables, sin límite de tiempo, y su cuantía máxima es de unos 450 euros mensuales.

Los requisitos son seguir inscrito como demandante de empleo, no sobrepasar cierto umbral de ingresos (unos 1.000 euros para solteros y 1.650 para parejas) y haber trabajado al menos cinco años de los 10 anteriores al fin del contrato. Cerca de 400.000 personas se benefician de esta medida, que se puede seguir cobrando si se trabaja menos de 78 horas mensuales.

Quienes no entren en los criterios del ASS pueden optar al Ingreso de Solidaridad Activa, un subsidio no condicionado a cotización previa.

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Las comunidades ofrecen una segunda red a los parados

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