El Parque de Castrelos espera al completo a Leonard Cohen
Casi 25.000 entradas vendidas para el concierto de Vigo
La noche lo tiene todo para ser perfecta. Estarán él, su música y un público entregado que ya hace dos meses, en apenas un puñado de horas, agotó todas las entradas para disfrutar de su presencia en directo en el mejor auditorio al aire libre de Galicia. La máxima expectación rodea el recital que Leonard Cohen (Montreal, 1934) ofrecerá a partir de las 22.00 horas de hoy en el Parque de Castrelos de Vigo. Incluso la temperatura ambiental se pondrá de verano para enmarcar una de las grandes citas musicales de la temporada. Teniendo en cuenta los precedentes de puntualidad que acompañan a Cohen y para evitar aglomeraciones, como las que enturbiaron el reciente concierto de Bruce Springsteen en Santiago, está previsto que las puertas del auditorio se abran a las 20.30 horas.
En León y Palma, ofreció actuaciones de más de tres horas de duración
Si bien a comienzos del pasado mes de junio los organizadores anunciaron la emisión de 2.000 entradas de pago a un precio máximo de 20 euros en taquilla, la promotora del evento y el Ayuntamiento de Vigo prevén para esta noche un aforo cercano a las 25.000 personas, puesto que el acceso al amplio graderío rodeado de bosque del auditorio es gratuito, lo que garantiza una audiencia consistente en cualquier evento. Ambas condiciones de partida se alían para hacer del paso de Cohen por Vigo todo un acontecimiento, ya memorable desde el único punto de vista del regreso de un músico respetado e influyente después de varios lustros alejado de los escenarios.
No ocurrió así en las dos citas españolas que anteceden al concierto vigués. Ni en León, el pasado 31 de julio, ni en Palma de Mallorca, hace dos días, se llenaron los recintos escogidos para recibir al poeta y músico canadiense, una plaza de toros y un velódromo. Claro que en las dos ocasiones el público tuvo que rascarse mucho más el bolsillo.
A punto de cumplir 75 años (soplará las velas el próximo 21 de septiembre) y embarcado en una gira que ya dura largos meses, Cohen destila belleza y melancolía en recitales que llegan a rebasar las tres horas de duración, con un descanso de veinte minutos incluido. Según narran las crónicas, estas apariciones pueden estirarse algo más bajo petición insistente del respetable. Suele presentarse en el escenario, tan sobrio como su vestimenta, cubierto por un sombrero, y, para regocijo general, bajo los sones de Dance me to the end of love, el mismo himno con el que se abre su última publicación discográfica, el recopilatorio Live in London (2009). A partir de ahí, sobreviene un rosario de clásicos sin edad cincelados por una banda con fama de intérpretes exquisitos.
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