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La situación económica y el paro copan los temores de los andaluces

Crece ligeramente la confianza de los consumidores, según el Barómetro del IESA

El miedo a quedarse en paro sigue creciendo. El 67,3% de los andaluces situaba en 2007 el desempleo como su principal preocupación. El año pasado este porcentaje llegó al 78,3%. Así se refleja en el Barómetro Andaluz de Consumo 2008, que se presentó ayer.

La novedad en esta ocasión es el aumento de la preocupación por la situación económica, fruto de la crisis, que pasa en un año del sexto al segundo puesto. La vivienda desciende hasta el tercero. Le siguen la inseguridad ciudadana, con un 18,1%, y la sanidad, con un 13,7%.

Estas son algunas de las conclusiones del Barómetro Andaluz de Consumo, que encarga anualmente la Consejería de Salud al Instituto de Estudios Avanzados (IESA-CSIC) y que mide la evolución de las actitudes y comportamientos de los consumidores en la comunidad autónoma.

Los bancos acaparan el mayor aumento de la confianza

En cuanto a las políticas que los encuestados consideran prioritarias, se mantienen en los tres primeros puestos, por este orden, Sanidad, Educación y Servicios Sociales. Paradójicamente las medidas que menos importan a los consumidores son las destinadas a defender sus derechos: según la encuesta realizada, para ellos ocupan la última posición.

La consejera de Salud, María Jesús Montero, aseguró ayer que el nivel de confianza en el consumo ha vivido un ligero repunte en términos generales. Montero recordó que el 75% del PIB autonómico de la comunidad procede del consumo de los hogares. "Es algo clave en épocas de crisis", remató la consejera. Las puntuaciones otorgadas por los encuestados en el apartado del consumo también van ligadas a la crisis. Los sectores que salen peor parados son los que engloban a las promotoras de viviendas y las inmobiliarias.El sector de la telefonía les sigue muy de cerca en cuanto al nivel de desconfianza que genera entre los consumidores andaluces, y aprueba por muy poco: 2,75 sobre un total de 5 puntos. Además, es el único, junto a los talleres de reparación de automóviles, cuyo nivel de desconfianza desciende respecto a los dos años anteriores.

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El caso de los bancos es especialmente llamativo. A pesar de la mala prensa que han adquirido en tiempos de crisis, pertenecen al sector hacia el que los consumidores han incrementado más su confianza: han pasado de una puntuación de 2,49 a 3,13, por detrás de los seguros, la venta de electrodomésticos, de alimentación, de ropa y calzado y de informática.

En lo que respecta a las reclamaciones interpuestas por los usuarios, la telefonía vuelve a llevarse un varapalo, en este caso el mayor de todos: casi uno de cada tres consumidores tuvo alguna incidencia con una operadora en 2008 (el 28,4%), por delante de las tiendas de electrodomésticos (22,2%). Lejos de estos sectores se sitúan el de la informática y la alimentación, que provocaron el 8,4% de las reclamaciones, seguidas del textil y los talleres de reparación de coches, con el 5,5%. Las compañías de suministro de luz y agua, que en 2008 aún no habían elevado las tarifas ni cambiado la frecuencia de tarificación, obtienen una posición muy ventajosa, con tan sólo en 2,9% de las incidencias totales denunciadas.

El estudio de la Junta también analiza el comportamiento de los consumidores andaluces a la hora de interponer una reclamación. En la mayor parte de los casos los usuarios intentan resolverlos personalmente y confían, en un 58,5%, de su propia capacidad, frente a la ayuda externa que procuran los organismos competentes en materia de consumo.

En cuanto a las soluciones adoptadas motu proprio, el 87% de los andaluces acude personalmente al establecimiento en el que ha tenido un problema para intentar solventarlo. De éstos, tan sólo el 38% pide el libro de reclamaciones, ya que gran parte del 61,5% restante consigue solucionar el conflicto de una forma amistosa, concretamente el 48%. El estudio pone de relieve, sin embargo, que seis de cada diez personas que no logran superar sus diferencias con el empresario dentro del propio establecimiento renuncian a realizar ninguna actuación extra en defensa de sus derechos, porcentaje que aumenta en el caso del colectivo de jóvenes que, más conformista, alcanza el 75%.

Entre los motivos argüidos por los encuestados para desistir de continuar con una reclamación, la ciudadanía andaluza demuestra que valora su tiempo, ya que no perderlo en estos menesteres es el principal argumento, concretamente el de un 60% de los encuestados. Le siguen la desconfianza en los organismos y las instituciones, con un 25,7% que opina que no sirve de nada reclamar y un 11,5% que acusa el desinterés que muestran las autoridades. Un 9,7% admite que no sabría a quién dirigirse.

Precisamente, este es uno de los aspectos que salen más perjudicados del estudio. En una escala del uno al 10 para que los consumidores valoren la información de que disponen sobre sus derechos, suspende con un 4,45%. Como es lógico, los encuestados confían más en aquellas vías de información que están más alejadas de los productos. Recelan de la publicidad o la información dada por los propios comercios y depositan su confianza, por este orden, en las asociaciones de consumidores, amigos, familiares y medios de comunicación.

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