"Si subimos, le canto al Artillero y a quien quieras"
Los colores de San Sebastián -y también de la bandera de su país, Uruguay-, le persiguen desde sus tiempos como capitán de aquel Deportivo de La Coruña que subió a Primera. "No me puedo escapar del blanquiazul", concluye el ahora entrenador de la Real Sociedad, Martin Lasarte. No pudo acudir el sábado al Cañonazo que dio inicio a la Semana Grande, en el que el protagonista fue el club en su centenario, porque el equipo tenía que viajar horas antes a las Canarias para enfrentarse al Tenerife. Se implicará en las celebraciones en los próximos días. "Las fiestas de San Sebastián son para mí más una historia que una vivencia, porque nunca he podido disfrutarlas in situ. Me acuerdo de lo que me contaba mi familia".
Pregunta. ¿Cuántas copas están autorizados a tomarse los jugadores en fiestas?
Respuesta. Es un problema. A veces les autorizas un par y se toman demasiadas. Hay que desarrollar el espíritu profesional. Parece una tontería lo que digo, pero es así. Creo que lo mejor es aprender a dominarse a uno mismo. 25 años se tienen sólo una vez en la vida y uno se arrepiente despúes de no disfrutar las cosas con la intensidad que merecen. La vida de un futbolista de élite es la de un privilegiado. Y es un regalo que se mejora a base de voluntad y trabajo, pero se puede perder fácilmente ese privilegio.
P. Se habrá dado cuenta de que éste no es un club ni una ciudad cualquiera. ¿Ha notado el cariño de la gente?
R. Es impresionante. Voy a hacer la compra o a dar una vuelta y ves que la gente tiene mucha ilusión, contenida, pero infatigable. Una ciudad como ésta se merece un club en Primera.
P. No se acostumbre demasiado, porque como no suban...
R. Eso en el fútbol es normal y es así. Es un deporte que tiene mucho de melodrama. No hay que dejarse contaminar demasiado por lo afectivo cuando son elogios ni cuando son gritos porque las cosas no salen bien. Uno tiene que encontrar el equilibrio adecuado y pelear para llegar al último día. Entonces haremos las cuentas y veremos si nos salieron o si estamos en números rojos. Si subimos a Primera, le canto al Artillero y a quien sea lo que haga falta.
P. ¿Qué le supone un mayor subidón, ganar la Copa Libertadores o ascender a Primera?
R. Son cosas distintas. Me tocó subir hace veinte años con el Deportivo de La Coruña y fue impresionante. Ganar con el Nacional de Montevideo la Libertadores y la Intercontinental [al PSV Heindoven en Tokio en 1988], también. Regresar a Montevideo una semana después y encontrarte la 18 de Julio [la avenida principal de la capital uruguaya] con la gente volcada tirándote papelitos... Lo recuerdo y me emociono. Cada cosa tiene su momento y ahora el de la Real es un reto espectacular.
P. ¿Cuando se va de pinchos por la Parte Vieja no le suelen invitar los dueños?
R. Se ve que saben que la Real paga, porque hasta ahora me han cobrado siempre.
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