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Reportaje:

Chano sigue a flote

El nadador paralímpico sale del hospital, recuperado tras nadar 25 horas seguidas

Salió del agua y acertó a lanzar un ruego: "Quiero irme a dormir". Se fue a la UCI de Povisa tras un esfuerzo titánico, más de un día ininterrumpido en el agua de la ría de Vigo, unos 40 kilómetros en una ruta que fue de Samil a Cabo Estai, cruzó ante las Cíes hacia Cabo Home y remontó Rande para rodear la isla de San Simón. Desde ahí, vuelta otra vez para regresar al punto de partida. Tal alarde no lo firma un longilíneo y joven nadador sino Chano Rodríguez, de 53 años y con una discapacidad que le impide caminar. En el agua lleva atadas las extremidades inferiores, inertes, por lo que empuja tan sólo con el tren superior. La zona lumbar sufre un sobreesfuerzo brutal. "Sus piernas son como anclas", abunda Suso Santomé, su fisioterapeuta. "Es muy testarudo", dicen los que lo conocen.

Sus riñones no funcionaban. Su temperatura rozaba los 32 grados
A tres horas del final perdió la consciencia pero no quiso recibir ayuda

La historia de Chano no es amable. "Hubiera podido ser un gran deportista casi que en cualquier modalidad", abunda Santomé. Pero eligió otro camino. Miembro del Grapo, ingresó en prisión en 1985 con una condena de 84 años. Cinco años después apoyó la huelga de hambre que pedía la reunificación de los presos del grupo terrorista y estuvo 432 días sólo con alimentación forzosa. Eso le llevó a la silla de ruedas. En 1994 salió en libertad condicional, encontró empleo en la ONCE y abrió una nueva vida: ha subido 33 veces al podio en Mundiales y Juegos Olímpicos, y recibió de los Reyes la medalla de oro al mérito deportivo.

Pero quería más. Se planteó el reto de nadar 24 horas de manera ininterrumpida y superar no ya el récord paralímpico sino el que homologó Guinness cuando David Meca cruzó de Tenerife a Gran Canaria en mayo de 2002. Chano llegó a las 25 horas y 14 minutos, media hora menos de la que se atribuye el mediático nadador en una travesía entre Ibiza y Jávea. Pero ninguna de las dos hazañas han sido homologadas. Sobre la de Meca siempre se arrojaron dudas. Con Chano no las hay, se ha grabado todo en vídeo, pero ningún juez del organismo certificador de los récords estuvo en Vigo. Fue una cuestión de dinero. "Costaba más de 4.000 libras traer a dos jueces y teníamos un presupuesto muy reducido", argumentan desde su equipo.

Ahora comienza la lucha por la homologación, pero al protagonista no parece importarle. "Ya he cumplido mi objetivo", explicaba ayer por la tarde a media voz. Acababa de pedir el alta voluntaria, pero tenía la boca y el esófago llenos de llagas. "Tragué demasiada agua salada", explicaba. Tras salir del agua sus riñones no funcionaban. Su temperatura corporal casi llegaba a los 32 grados. "Al no sentir las piernas, el frío no lo percibo hasta que me llega al estómago y, como me dicen los médicos, ahí ya estamos demasiado cerca del corazón y hay riesgo de infarto". En el hospital le diagnosticaron una "destrucción muscular masiva".

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¿Por qué tanto esfuerzo? "Todo forma parte de la dinámica de mi vida", relata Chano, que siente que debe demostrar que es posible afrontar retos desde una silla de ruedas. "Todo es posible si se pone coraje, voluntad y esfuerzo". Pero Luis Piña, su entrenador, reconoce que no deja de asombrarse. "Se junta la capacidad física con la mental y con la capacidad de sufrimiento ante las adversidades".

La preparación necesitó de jornadas de hasta diez horas, de muchas brazadas y mucho gimnasio, pero era imposible replicar las condiciones exactas, las sensaciones de estar un día en el agua. "Durante los primeros metros me acompañaron los chicos de mi club, el Galaico Sercoysa, pero cuando me dejaron fue duro", recuerda el nadador. No dejó de sufrir. A tres horas del final, perdió la consciencia. "No sabía dónde estaba y avisé al barco de apoyo", dice. No les dejó acercarse mucho. En Samil estaban esperándole de nuevo los chicos para hacer un último largo en paralelo a la playa. Estilo mariposa. "Hubiera podido seguir media hora y despejar dudas respecto a Meca, pero no era mi objetivo", argumenta. Por fin ayer por la tarde fue a descansar a casa, a recuperarse para los europeos paralímpicos de Islandia en octubre. Una vez más tendrá que pedir permiso. Sigue en libertad condicional.

Chano Rodríguez, ayer, tras recibir el alta voluntaria en Povisa.
Chano Rodríguez, ayer, tras recibir el alta voluntaria en Povisa.LALO R. VILLAR

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