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Reportaje:Pretemporada

Un éxito envenenado

Ante su estreno en Primera, el Xerez tiene sólo 14 jugadores y vive una crisis institucional

Rafael Pineda

La perplejidad inunda el ánimo del aficionado del Xerez, el club andaluz que por primera vez en sus 62 años de historia tendrá la ocasión de jugar en Primera División. Los fastos del ascenso del pasado 13 de junio son sólo un grato recuerdo, un oasis de felicidad en una institución que vive inmersa en una profunda crisis institucional y económica. El venidero desfile de Cristiano Ronaldo, Kaká, Messi o Forlán por el estadio de Chapín alimenta lo justo el ánimo de una hinchada sometida a golpes terribles. El nuevo entrenador, José Ángel Cuco Ziganda, sólo dispone en estos momentos de 14 jugadores en la primera plantilla, se ha visto obligado al peregrinaje por diversos campos de entrenamientos (el Xerez no tiene ciudad deportiva) y sólo ha realizado un fichaje en vísperas de su temporada más ilusionante, la cesión por parte del Valencia del guardameta Renan.

El equipo únicamente ha hecho un fichaje y no tiene un campo fijo para entrenarse

La situación no es nueva. Hace sólo un año, el entonces entrenador, Esteban Vigo, inició el trabajo con 12 futbolistas y el club saldó a 30 de junio de 2008 unas deudas con los jugadores que ascendían a dos millones de euros. Incluso este mismo verano hubo que esperar a ese 30 de junio para que la plantilla estuviera al día. El máximo accionista, Joaquín Morales, no pudo mantener en el banquillo a Esteban, con el que tenía diferencias irreconciliables, y ha decidido imponer una férrea política de contención económica ante una deuda que roza los 20 millones de euros. La afición es un clamor en contra de la gestión de Morales, al que acusa de querer aliviar esa deuda con los ingresos que tendrá el equipo en Primera a costa del debilitamiento deportivo.

Por ahora, su negativa a realizar un desembolso acorde a la máxima categoría propicia la carestía de futbolistas y el hecho de que el equipo comenzara la concentración de pretemporada el pasado sábado en clara desventaja con sus rivales. "El Xerez es un proyecto de corazón, no de cabeza. No estoy acostumbrado a esta organización, pero tampoco me han engañado", admite Ziganda para poner buena cara ante la tempestad. Sin centrales, con la necesidad de contar con cuatro jugadores del filial para el primer amistoso de pretemporada y con objetivos como Valdo o Aythami que se marchan a otros equipos, el futuro no promete demasiado. En el colmo del despropósito, el club se vio inmerso en una denuncia de Betis y Alavés ante la Liga de Fútbol Profesional solicitando su descenso por graves irregularidades administrativas. Ese partido parece ganado, aunque un veterano como el defensa Mendoza puso el dedo en la llaga: "No siempre sonará la flauta".

Ziganda, en un entrenamiento del Xerez.
Ziganda, en un entrenamiento del Xerez.DIARIO AS

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