El PP estrecha el cerco a Caballero para allanar a Porro la vuelta a la alcaldía

Corina Porro arremetió contra el plan Nouvel para el puerto de Vigo como un torbellino. La Autoridad Portuaria, que sirvió como plataforma de desembarco en el ayuntamiento al actual alcalde, Abel Caballero, vuelve a jugar esa función, pero cambiando las posiciones de los dos protagonistas en el tablero. Ahora es Porro, candidata del PP a la alcaldía en las próximas elecciones (Feijóo dixit), la que dispara contra los otrora vistosos planes portuarios de su predecesor para reducirlos a la nada y, por extensión, acallar la proyección que pudieran adquirir otros como el de Rafael Moneo, que está pasando de puntillas por la batalla porque tampoco es ocasión de ponerse ahora a tirar el ayuntamiento.

"Megafantasías, engaños y mentiras", resumen su crítica los populares

El PP no da tregua al alcalde. La propia agenda institucional subraya a diario el cerco mediático que padece el regidor. Ya no hay visitas de conselleiros que acompañar, ni compromisos que reverdecer como ocurría antes cada dos por tres. Vigo contaba entonces con la complicidad de los gobiernos amigos de Santiago y Madrid para la mayor gloria y prestancia visionaria del alcalde. El 1-M cambió drásticamente esa disposición.

El PP ataca desde el puerto, como se dice, con la impaciencia de obtener unos resultados que Porro pueda rentabilizar a la vuelta de año y pico, en su camino a la alcaldía. Pero también desde la delegación de la Xunta, aun en su versión mini; desde la "sede de la Diputación Provincial", que es lo más, y desde el grupo municipal, que mantiene a diario un fuego graneado contra el gobierno para insistir, una y otra vez y cualquiera sea el tema, en las "mentiras" que han sustentado y sustentan la política del gobierno.

José Manuel Figueroa, vicepresidente de la Diputación y del PP provincial, presidente del Patronato Turismo Rías Baixas y portavoz municipal, se confirma a diario desde esas tribunas, que ocasionalmente comparte con Rafael Louzán, como el ariete principal contra el regidor. Lo suyo es un puño de hierro que prescinde de guantes ni sedas. "Megafantasías, engaños y mentiras a la ciudadanía", insiste con contundencia. La labia correosa de Ignacio López Chaves, incorporado como refuerzo al grupo municipal, abunda en esa tarea de descrédito y ambos marcan estilo al resto de los ediles en la bulla, sea por el funcionamiento de los plenos, el programa de fiestas, los escombros de las humanizaciones o las invitaciones institucionales.

Cada día encuentra el PP un motivo con eco mediático para poner en la picota al gobierno municipal y, si no, se pide una relación de las contrataciones de personal, como hizo López Chaves, "porque los precedentes del alcalde en el puerto le hacen sospechoso de clientelismo".

Caballero resiste malamente el acoso, replegándose a las trincheras (cien calles) del plan E, de las que asomó este viernes para inaugurar "la primera obra de España" acabada con esa cobertura, que no lo es, y más presto a firmar el bando que escribe Feijóo que los enfoques del PSdeG sobre los asuntos de Vigo (hospital, depuradora, Ciudad del Mar...) que la Xunta frena. Es su manera de pedir tregua en las hostilidades.