Phelps, contra los bañadores
El estadounidense centra la atención de las carreras, que empiezan agitadas por la polémica
Dice Sergi López, el único nadador nacido en España que ganó una medalla olímpica, que cuando llegó a Estados Unidos, en donde reside desde hace años, le sorprendió el modo en que los habitantes de ese país concebían la competencia por ir más rápido. "Allí", dice, "te encuentras con gente que continuamente te invita a correr. En una piscina, o de aquí a la esquina. Da igual. A ellos les encanta competir. En español no existe un verbo igual. Ellos te dicen: Let's race! Let's race! ¡Corramos! ¡Corramos!".
Michael Phelps se había quedado sin hombres a los que poder retar a correr en una piscina. Les había ganado a todos. Tras coronarse en los Juegos de Pekín como el mejor nadador de todos los tiempos, los Mundiales de Roma le proporcionan una oportunidad inesperada de diversión. Sólo tiene 24 años. Pero ahora, lo que le estimula de verdad es derrotar bañadores. Machacar máquinas de última tecnología. Destruir tejidos hidrófilos. Ser más acuadinámico que el teflón.
"Está de vacaciones", dicen en su equipo. Ya no compite en estilos y se le ve relajado
Por razones culturales, Estados Unidos es una fábrica natural de individuos que, más que amar la velocidad, aman ser más rápidos que otros. Fernando Canales, viejo campeón portorriqueño de la Universidad de Michigan, ahora miembro de la expedición estadounidense, trabajó con Phelps entre 2004 y 2008 en Ann Arbor. Le cogió mucho cariño. "Es un gran muchacho", dice. Cuando le piden que lo defina no duda: "Michael es un tiburón. Se sube al poyete de salida y es un tiburón".
El viernes, el tiburón ofreció una conferencia de prensa en la sala de mármol del complejo del CONI, famosa obra impulsada por Benito Mussolini, junto a la piscina donde se celebrará el Mundial. Cuando le preguntaron por el asunto de los bañadores, Phelps habló con la calma que caracteriza a los depredadores del extremo de la pirámide alimenticia: "Si alguien que lleve este bañador me gana una carrera, me pondré diez veces más hambriento que antes. Me motivaré más para que no vuelva a ocurrirme".
Dicen en el equipo americano que "Phelps está de vacaciones". Ha dejado de competir en los estilos y se le ve relajado. Sólo nadará tres pruebas individuales: 100 y 200 metros mariposa y 200 metros libre. En los 100 metros mariposa se medirá al español Rafa Muñoz, que en marzo amenazó con batir el récord mundial con uno de esos bañadores, el Jaked, que ponen de tan mal humor al estadounidense. Hoy empezará el festival con la final de los relevos de 4x100. Allí Phelps, integrante del equipo que ganó el oro en Pekín, volverá a correr contra el cuarteto francés, íntegramente embutido en tejidos recubiertos de plástico impermeable. Será la primera gran batalla naval tecnológica de estos Mundiales. Que aprovechen los curiosos. Si la FINA no da marcha atrás, el año que viene todos volverán obligatoriamente a nadar con taparrabos.
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