"Esperemos que hoy se lo curre"
El club de 'fans' de Madonna celebra una fiesta la víspera del concierto
"¿Sois del foro?". Irene, Carol y Nuria no son de ningún foro, club de fans ni organización secreta, pero adoran a Madonna desde que eran pequeñas. Ayer estaban rodeadas en la planta baja del Hard Rock Café por los 150 socios del club de fans oficial de Madonna, Divina Madonna, que organizó una fiesta para calentar motores antes del concierto que dará hoy en el Estadio Vicente Calderón. Será la primera vez que la cantante actúe en Madrid en 10 años. Anoche se cantaron canciones, con un karaoke de marca, y se cotilleó lo indecible sobre la diva ("Qué guarra, que conciertazo dio ayer en Barcelona", se oía en la barra).
El organizador de esta fiesta de entrenamiento en pleno centro de Madrid está a más de 350 kilómetros de aquí, en Valencia: tiene 35 años, se llama Chris Márquez, es relaciones públicas (en paro), creador y director del club de fans español de Madonna desde 1987 y tiene a su madre enferma, así que ayer no pudo estar en la fiesta de Madrid, ni estará hoy en el concierto de su diva.
"Últimamente está un poco acomodada en el trono", afirma Chris, un seguidor
Pero por teléfono, desde el hospital, cuenta cómo comenzó su pasión por Madonna: "Con 12 años me pasaba el día escuchando la radio: Los 40 Principales. Un día pusieron una canción: Material girl, de 'una chica blanca que parece negra'. Y la grabé en una casete", recuerda Chris. "Días después me di cuenta de que las únicas canciones que grababa eran de ella".
Comenzó ahí una analógica y antológica carrera para construir un club de fans que hoy cuenta con casi 5.000 madders (los fans de Dylan son dylanitas; los que van al FIB son fibers, y los devotos de Madonna, madders). Entre ellos distribuye una lujosa revista sobre la cantante, Dare Star, y los mantiene informados de la última hora en su web www.divinamadonna.com (20.000 visitas diarias). "Ahora está todo eso de Internet y es muy fácil conseguir datos sobre ella y su música. Pero recuerdo todavía con emoción el día que compré mi primera casete: fue del disco True blue. Se me ponen los pelos de punta".
Los grandes momentos de la vida de Chris siempre han ido en paralelo con los de Madonna. Como aquel día de 1996 que el valenciano la tuvo a dos metros de distancia. "Fue durante la promoción de la película Evita. Le dije: '¡Guapaaa!', en castellano. Ella me miró, me sonrió y me dijo: 'Thank you [gracias]". O cuando dos años después Chris y Boris Izaguirre hacían guardia en un estudio de Los 40 Principales, donde Madonna haría una entrevista rápida. Esta vez fue Boris el que tomó la iniciativa. "Yo me mantuve en segundo plano, porque soy muy comedido", puntualiza Chris. "Preferí no liarla y me quedé mirando". Boris y Madonna mantuvieron una conversación rápida y ligeramente surrealista:
-Bonitos zapatos, querida, dijo Boris.
-¿What?, respondió ella.
-Que llevas unos zapatos muy bonitos y un abrigo muy chulo. ¿Es de Prada?
-Tú sabes de moda, ¿eh?, dijo Madonna en inglés, sonriendo.
-Of course.
-Vale, bye, bye, se despidió ella.
"Yo no soy muy mitómano", precisa Chris. "Me gusta saber cosas de ella y su música, pero no soy de los que se ponen debajo del hotel a cantarle canciones o a perseguirla". Pero Chris sí tiene una fantasía, como cualquier fan, que es, curiosamente, muy normal: "Me encantaría pasar media hora con ella. En plan amigos, no como seguidor. Ir a la playa, o al cine, o ver una película. Estar tan a gusto los dos. Aunque no sé si se aburriría conmigo porque yo de inglés no tengo ni papa".
Chris no sólo tiene palabras buenas para Madonna -"es una narradora de historias, y la suya es una historia de trabajo, constancia y superación"-; cuando hay que ser crítico él es el primero: "Últimamente está un poco acomodada en el trono. En uno de sus últimos conciertos la vi un poco ida, poco concentrada. Es normal: tiene 50 años, hijos y en 2008 se separó de Guy Ritchie. Todo el mundo tiene sus bajones. Me comentan que hace unos días la han visto mejor en el escenario: más guapa, más gordita y superentregada. Esperemos que hoy en Madrid se lo curre". La respuesta, esta noche en el concierto para el que todavía quedan 15.000 entradas (Serviticket, TM y taquilla), porque Madonna puede ser muy grande pero el estadio Vicente Calderón es mucho más.
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