Divisa fuerte contra las burbujas
China se ha quejado repetidamente de la debilidad del dólar y de la irresponsable política estadounidense. El miércoles, en Pekín, EE UU contraatacaba. Gary Locke, su secretario de Comercio, pedía con firmeza que se permita la revalorización del renminbi. La línea estadounidense es la correcta.
Las diatribas chinas han encontrado un público mundial lleno de ansiosos enterradores del dólar. Pero la posición china es hipócrita. Si bien el dólar, al flotar, ha tendido a hundirse, el renminbi intervenido se mantiene deliberadamente bajo. China ha mantenido a base de políticas mercantilistas un crecimiento basado en la exportación. La política lleva mucho tiempo establecida y ahora empieza a dar problemas.
El aumento de las reservas de divisas extranjeras por encima de los dos billones de dólares le causa a China dos grandes problemas. El primero, que el propio país ha anunciado a bombo y platillo, es qué hacer con el dinero. El mercado del dólar es la única arca suficientemente grande. Pero la creciente deuda estadounidense y la debilidad del dólar hacen que los ahorros chinos puedan perder valor.
El segundo problema es interno: el aumento de las reservas ayuda a situar el crecimiento de la masa monetaria china en tasas anuales del 25% o más. En cierta medida a China esto le conviene, porque está ayudando a compensar el descenso de la bonanza exportadora inducido por la recesión mundial. Pero corre el riesgo de que el mercado del préstamo, el bursátil y el inmobiliario se inflen demasiado. El índice bursátil de Shanghai ha subido un 75% en lo que llevamos de año. Es un aumento que refleja la enorme afluencia de dinero nacional y extranjero.
China tiene que permitir que el renminbi se revalorice, importar más y dejar de distorsionar peligrosamente su economía, y la del mundo, con un excesivo crecimiento del excedente comercial, de las reservas y del dinero. Los peligros de la actual política están claros desde hace años, pero las autoridades chinas hacen caso omiso de ellos en su intento de crecer mediante la exportación.
Pero los riesgos se están volviendo extremos. En un mundo con problemas, ¿deberían los mercados chinos estarse inflando? Y si la burbuja china estalla, ¿cómo afectará eso a un mundo ya en apuros?
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