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Reportaje:MUNDIAL DE NATACIÓN

"Eliminaremos los tejidos impermeables antes de 2012"

El director ejecutivo de la FINA se muestra preocupado por la alteración que han producido los bañadores en la natación

El salón de actos del Comité Olímpico Italiano sirvió de escenario a la plana mayor de la Federación Internacional de Natación (FINA) para celebrar una extraña conferencia de prensa, ayer en el complejo del Foro Itálico. La sala, levantada en 1930, es uno de los exponentes más puros de arquitectura totalitaria. Todo está dispuesto para inculcar una idea de absoluta irrevocabilidad. Allí, entre los muros de mármol, se sentaron los cuatro jefes de la FINA. Tomó la palabra el sudafricano Sam Ramsamy con su particular sentido de la ironía: "No presentaré a los señores que me acompañan porque en esta sala no hay ningún ciego, y todos pueden leer los nombres de cada uno en los carteles que tienen en frente".

"No es seguro que la impermeabilidad sea la clave de los éxitos", asegura un directivo

Tras este aviso, Ramsamy comunicó que habían decidido la sede de los Mundiales de 2013 y dio la palabra al ceniciento Mustafá Larfaoui, el presidente, que, al igual que el resto de sus compañeros de comité ejecutivo, ronda la edad del Foro Itálico. Larfaoui sacó un sobre y lo abrió lentamente. Leyó con fisonomía de jugador de póker: "Dubai". Luego propuso a la multitud de periodistas que le hicieran preguntas, pero, cuando se las formularon, no se prodigó en responderlas. Se mostró huraño. Sobre todo, cuando le preguntaron por la extensión del uso y la fabricación de los bañadores impermeables, un asunto que amenaza con explotar bajo su sillón presidencial y volatilizarle a él y a las normas que han regido a la natación desde hace un siglo. Larfaoui hizo un gesto desaprobatorio. Su espíritu había sido desagradablemente excitado. "Ya hemos discutido este tema", dijo, antes de insinuar brevemente que la FINA había decidido legalizar todos los bañadores que ofrecen los fabricantes.

El rumano Cornel Marculescu, el director ejecutivo, fue el único miembro del comité ejecutivo de la FINA que demostró estar preocupado por el problema que presentan los bañadores impermeables que han saturado el mercado destrozando el viejo estándar de ránkings y proporciones. Tras explicar en público que la FINA proporcionaría todos los modelos de bañador de forma gratuita a todos los nadadores, para garantizar "la igualdad de condiciones", Marculescu atendió a este periódico y se extendió un poco más. "El tema de los bañadores no es interesante. Es jodido. El esquí ha tardado cinco años en regular la tecnología de los trajes. Nosotros no podíamos hacerlo inmediatamente. Es un problema tan técnico que hemos ido aprendiendo la repercusión sobre la marcha. No hemos podido saber las consecuencias que iban a tener estos trajes cuando surgieron".

Marculescu admitió que la FINA observa con perplejidad la aparición de bañadores tecnológicos desde hace una década. Ahora que el plástico ha terminado por cuadrar el círculo de la impermeabilidad total, Marculescu dice que es demasiado tarde para imponer normas restrictivas porque irían contra una industria muy respetable. "No podemos destruir una industria de un día para el otro", se excusó. Se refería a Speedo, Adidas, Tyr, Descente, Diana, Blue Seventy, Ascis, Mizuno, Arena y, sobre todo, Jaked. Estas marcas serán ofrecidas gratis a los 1.600 nadadores participantes. Cada uno tendrá derecho a escoger un bañador, cuyo precio en el mercado no baja de 400 euros.

"Las restricciones debemos hacerlas paulatinamente", dijo Marculescu. "Esto no es nuevo. En 2000 Thorpe nadó con un mono de Adidas y nadie dijo nada. El 24 de julio hay elecciones generales y después se aprobará un reglamento. Queremos que antes de 2012 se elimine el tejido impermeable. Pero hasta el momento no estamos seguros de que la impermeabilidad sea la causa de los resultados que ha habido".

Rafa Muñoz, con su bañador Jaked, en una carrera en abril.
Rafa Muñoz, con su bañador Jaked, en una carrera en abril.REUTERS

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