Candidatos en Internet
Un profesor de Nueva Orleans, Thomas Bayer, presenta ahora en una página web creada a propósito todo un listado con los muchos motivos por los que sería beneficioso para la ciudad en la que vive que el actor Brad Pitt, que también vive allí, sea elegido alcalde. Pitt y su familia hacen al parecer una labor muy meritoria por la recuperación de Nueva Orleans y Bayer ha puesto su alma en el empeño de que las privilegiadas relaciones del artista sean útiles a la ciudad recuperada de la catástrofe.
Quizá esta iniciativa no sea el germen definitivo de una nueva manera de proponer candidatos al margen de los partidos, ni mucho menos, pero nos permite recordar a todos que ya la Red presenta nuevas formas de participación de los ciudadanos y se revela como un instrumento que puede acabar con viejas inercias en los mecanismos de la democracia. Así que, con un famoso o sin él, podría Nueva Orleans tratar de aliviar al PSM del arduo trabajo que le lleva el diseño del perfil del candidato con que suele perder las elecciones. Ya se sabe que el líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, y el del PSOE todo, José Luis Rodríguez Zapatero, sueñan con el candidato ideal que la capital se merece, pero si se tiene en cuenta la escasa capacidad de acierto que ha acompañado tradicionalmente al presidente en sus decisiones sobre este asunto, nada de particular tendría que los internautas madrileños se propusieran ofrecer otro camino distinto del sendero del PP a los que echan en falta si no un carisma al menos una cara atractiva.
Por ahora se ignora el perfil con el que sueñan Zapatero y Gómez para ofrecerle a Madrid un nuevo alcalde
De paso, y aunque lo hicieran con la intención de lograr que pierda las elecciones Gallardón, tratando además de bajarle los humos de líder imbatible, le prestarían una ayuda al alcalde. Y no porque le obligaran a tomarse definitivamente en serio la necesidad que España tiene de él como presidente, sino por el gran tedio que debe producirle la carencia de contrincante. Gallardón es un jugador nato en política y tal vez le aburra mucho que no le ofrezcan el reto de enfrentarse a alguien que de verdad ponga en riesgo su triunfo. Hasta tal punto que uno no descartaría que el propio Gallardón esté pensando buscarse un rival por su cuenta y contratar a un Bayer que se lo invente y se lo promueva en una página web, pagando lo que sea. Internet también se presta a esas perversiones. Pero lo que puede ofrecer Internet en todo caso es un espacio virtual en el que los ciudadanos, famosos o no, se ofrezcan como candidatos. No se trataría de sugerir candidatos a los partidos como una forma de generosa colaboración con sus jerarquías, que van sobradas, sino de la posibilidad de articular sólidos modos de participación, contando con la Red, para lograr demostrar a las organizaciones políticas que podría haber democracia con ellas y sin ellas. Y no digamos nada si con el milagro de la Red se consigue demostrarles que incluso hay más democracia.
Es verdad, no obstante, que el profesor Bayer lo ha tenido fácil con Pitt, tan notorio en el mundo como desprendido con su ciudad, y también que aquí sería más fácil encontrar notoriedad que desprendimiento, pero la fama es muy caprichosa y el mundo está sobrado de gente bien conocida y reconocida a la que el servicio a los demás les ha hecho renunciar a su propia gloria para servir a su ciudad. Ya sé que Madrid no es una ciudad que arrebate tanto a los suyos como Nueva Orleans, entre otras cosas porque casi todos los Brad Pitt son aquí de fuera, pero quieren mucho a Madrid precisamente por eso.
En todo caso, un Bayer como el de Nueva Orleans prestaría un gran servicio a los madrileños ofreciéndole un candidato a tiempo, de esos que no tengan que conocer unas semanas antes de ir a las urnas. Pero no porque el madrileño precise tomarse más tiempo que los votantes de otras circunscripciones para conocer a un candidato, ni porque el sentido del tiempo del madrileño no coincida con el de los partidos, y sea un necesitado de precipitarse, que también, sino por evitarse el extraño espectáculo que en los últimos tiempos suelen ofrecer los socialistas madrileños, con Zapatero a la cabeza, en el proceso de búsqueda de un posible alcalde de Madrid, un proceso siempre repleto de víctimas políticas y pintorescos episodios. Menos mal que ante las próximas elecciones ya hay algo seguro: José Bono no es aspirante, tiene ya un magnífico trabajo.
Por ahora se ignora el perfil con el que sueñan Zapatero y Gómez para ofrecerle a Madrid un nuevo alcalde. Pero lo mismo en otoño, que es la estación elegida por Zapatero para decidir el candidato a la derrota socialista madrileña, habrá gente en el gobierno que se haya quedado sin trabajo por culpa de la crisis. En esa lista de parados puede que encuentre Zapatero el candidato ideal a la alcaldía de Madrid.
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