_
_
_
_
Crítica:METAL
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Metallica sigue reinando

Negro. Todo. Más de 40.000 personas. Todas de negro. Casi todas con camisetas de sus grupos favoritos. Paraíso del tatuador. Fans de verdad. Entendidos. Público que asiste a un festival sólo por los conciertos. Generosos. Entusiastas y conocedores. Para ellos se celebró la primera edición de Sonisphere, una suerte de Monsters of Rock que el sábado recayó en el parque del Fórum con el concurso de Metallica como patriarcas del cartel. Actuaron a medianoche y satisficieron a la multitud. No fueron los Metallica de los mejores tiempos; pero, a falta de nuevos reyes, siguen aturdiendo con su repertorio.

Los únicos que pudieron hacerles algo de sombra fueron Slikpnot, una banda que antes daba miedo y ahora sólo lo provocaría en un circo, y ante niños. Sus máscaras de cuero en plan Matanza de Texas ya no tienen al acabado rústico de antaño y más que nunca parecen chistes. Como esa percusión que pretendía aportar fiereza al consistir en un bate de béisbol golpeando una tubería metálica. Mucho ruido y alguna nuez, pero mucho menor de lo que la banda promete con esa actitud que quiere generar angustia. Era el último concierto de su gira en Europa y dijeron sentirse contentos. No precisaron si por acabar ya de una vez.

Entre Slipknot y Metallica, unas notas ambientales. Dado que o estaban escondidos o que directamente no había urinarios masculinos -postes con cuatro rincones para la rápida micción-, casi cada pared recibió su torrente. Nunca antes en ningún festival se había visto tamaña proporción de aligeramientos fuera pista que en el Sonisphere. Y debe considerarse que la bebida nacional metálica es la cerveza. En consecuencia, el deporte nacional en algunas zonas del Fórum fue el sábado el vadeo de corrientes.

Metallica. Sonaron fuertes, convencidos, enérgicos, y poderosos. Slipknot les ganó la mano en la escenografía, pero ellos fiaron todo a su propia imagen, por lo que apenas necesitan nada más. Muchos parlamentos entre tema y tema recordaron que a partir de cierta edad hasta un músico de metal se comporta como un padre dando consejitos. Para presentar disco incluyeron cuatro de sus piezas, mientras que el resto del repertorio hizo parada y fonda en los clásicos -Enter sadman, Nothing else matters, Masters of puppets, Blackened, Sad but true- y abordó una versión de Queen, Stone cold crazy.

Con todo, por lo visto en detalles inapreciables, pareció que, tanto por potencia como por actitud, más que ser un grupo en plena forma pareció que Metallica lo que necesitaba era demostrar que lo sigue estando. Su calidad de grupo icónico ya pesa mucho. Tanto, que en la salida unos chavales jugaban con la banda en un Guitar hero. Reyes ya del videojuego, Metallica. A nada que alguien empuje...

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_