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Reportaje:

Esta carretera es una ruina

Los nuevos puentes de Àger deben repararse

La carretera C-12, estrenada hace un año, es una ruina. El Gobierno catalán se ha negado a recibirla de la empresa adjudicataria al haber detectado deficiencias graves en la construcción de los viaductos en el tramo de 11 kilómetros que conecta Àger (Noguera) con la C-13 o carretera del Doll, en el desfiladero de Terradets.

La nueva carretera de Àger tiene una apariencia moderna y segura, pero sus entrañas están deterioradas. Las deficiencias salieron a relucir incluso antes de su inauguración y entonces se resolvieron inyectando hormigón a las estructuras de dos puentes que habían experimentado movimientos por un mal asentamiento de los terrenos.

Un año después, el problema se ha reproducido y al menos tres puentes tiene problemas de estabilidad. Copisa, la empresa adjudicataria de las obras, ha declinado pronunciarse sobre las causas de las grietas. De momento, esta adversidad no tendrá ninguna repercusión en el tráfico ni en la seguridad de los automovilistas.

Todo parece indicar que las condiciones geológicas del terreno por el que discurre la carretera son la causa de los movimientos. El Departamento de Política Territorial, responsable de la carretera, ha instado a Copisa a corregir las anomalías antes de asumir la infraestructura. Los trabajadores de Copisa llevan varios días trabajando en la zona para solucionar el problema de los viaductos. La reparación consistirá en inyectar hormigón y consolidar los asentamientos en el terreno.

Las reparaciones durarán todo el verano y, según Política Territorial, no supondrán coste alguno para la Administración catalana, sino que serán asumidas por la constructora. El alcalde de Àger, el independiente Lluís Ardiaca, ha manifestado que no tiene conocimiento oficial de los problemas surgidos en la carretera porque nadie le ha comunicado nada a ese respecto.

La vieja carretera presentaba un trazado sinuoso, estrecho y con curvas pronunciadas, a causa de la accidentada orografía de esta parte del Montsec. Era la única vía de que disponían los vecinos del valle de Àger para comunicarse con Balaguer y Tremp. La infraestructura cayó en desuso cuando a finales de la década de 1970 se abrió al tráfico la carretera del Doll, entre Camarasa y Terradets, lo que perjudicó a los habitantes de la zona.

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